CAPÍTULO 1

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Flores, corazones, chocolates, malditos enamorados y varios corazones rotos.

Caminaba por el pasillo de la secundaria Western Eagles, en otro catorce de febrero. Varios alumnos ingresando cartas a su enamorado en el casillero —vaya originalidad—, hombres en la entrada esperando a su novia, varias chicas llorando por no recibir rosas o declaraciones y los otros típicos jóvenes que se quejaban que esta fiesta era pagana y absurda por el simple hecho de que no tenían con quien compartirla. También estaban las del comité, que organizaban una fiesta de los enamorados y repartían volantes para conseguirte tu perfecta pareja.

¿Para mí? Otro día aburrido en la escuela, con decoraciones cursis de corazones y de color rojo.

—Anderson. ¿Te apuntas? —giré mi rostro para encontrarme con Ava Davis. Cabello rubio, ojos celestes, alta y cuerpo atlético, tenía una coleta alta, su traje de porrista color azul que representaba a la secundaria y una sonrisa coqueta. Acomodé mejor mi mochila y miré el cartel encima de su cabeza. "El diario de Cupido".

—Y se supone que encontraré a mi alma gemela. ¿No es así?

Reí irónicamente. Este día caen miles de declaraciones en mi casillero, muchas chicas invitándome a la fiesta y varias rosas en mi escritorio.

Por lo que según escuché en los pasillos, "El diario de Cupido" es una moda que se ha circulado en estos últimos días, donde solo colocas el nombre de la chica o chico que te guste junto al tuyo y el mismo destino se encargará de que salgas con esta persona. Pero más que cosa de destino, se le llama ponerse los pantalones e invitar a esa chica o chico en el intento, aún cuando puedes acabar como Levi Wright, con comida en tu camisa.

Me parecía absurdo, una ridiculez y más cuando los estudiantes esperanzados escribían el nombre y esperaban por este día para al fin hablarle. ¿Qué más daba si le hablabas hoy o mañana? No es como si el catorce de febrero se respirara amor, solo era una celebración más, para gastar y complacer a los que quieres. Porque tampoco soy tan frío, pues sé que el amor existe pero no en la secundaria, ya que siempre acaban mal, eso y que le regalé un ramo de rosas a mi madre. Pues... ¿Para qué niño su primer amor no fue su madre?

—Vamos, no seas un aguafiestas, tal vez tú nombre y el mío aparezcan juntos —me tendió ese tedioso diario que consistía en un cuaderno rojo, rodeado de corazones y un gran candado dorado. Las páginas estaban repletas de nombres, fechas y dibujos relacionados con la palabra "amor". Reí por la ignorancia de la gente, esto era algo realmente estúpido.

—No, es estúpido —me encogí de hombros—. Que mi nombre aparezca junto al de otra chica, no hace que mágicamente me enamore de esa persona. No participaré en esa niñería.

—Solo es un juego, no es para tanto —me tendió un lapicero—. Solo escribe el nombre la chica que te gusta y es más, puede que te sorprenda.

Puse mis ojos en blanco y suspiré cansado.

Nota mental: Nunca volver a coquetear con Ava, pues se crea más ilusiones que las demás.

No me definiría como un chico malo o mujeriego, menos como el más antipático de esta secundaria. Si soy despreocupado, bromista, carismático y coqueteo inconscientemente, pero no soy como los que describen en las novelas juveniles. Hoy en día la literatura hace quedar mal a los jóvenes atractivos y encantadores, soy consciente de mi físico pero eso no me hace ser un idiota con todas las mujeres. ¡Hey! Yo también tengo dos hermanas y si un cabrón intenta jugar con ellas les patearía el trasero.

—Harry lindo... ¡Ni sabes de lo que me acabo de enterar! —un golpe en mi cabeza hizo que le quitara la atención a la rubia para ver a mi mejor amigo. Este tenía una sonrisa en el rostro y se acomodaba su mochila—. Jessica Rachel te quiere invitar para ir a la fiesta. —Oí gruñir Ava pero Jayden me iba alejando cada vez más de esa mesa e internamente le agradecí por quitarme de ese lugar. — Y se corrió el rumor de que apuntó tu nombre junto al suyo para que le digas que sí.

¡Maldito amor! Historias de amor y maldición. (AG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora