PERDONA SI TE LLAMO AMOR [KAISOO]

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Kyungsoo sonríe por su hazaña, en el momento en que lo vio supo que era él. Podía sonar algo estupido, pero el no le toma importancia.

-¿Como te llamas?- pregunta Kyungsoo, ya en el coche de Jongin.

-¿Para que?.

-Necesito tus datos, para el seguro.

-Oh, Kim Jongin.

-Kim Jongin- susurra Kyung al mismo tiempo en el que anota su nombre.-¿Nacionalidad?

-Coreano

-¿Edad?

-¿Y eso para que.?

-Treinta y...- dice Kyungsoo ignorando la pregunta.

-Veinte y siete, como que treintai...

-Bueno no te enojes. Mira lo he puesto así, ibas distraído te pasaste el seda, y me golpeaste en el lateral.

-Porque no pones mejor, que tenia un arma y te he amenazado. El seda te lo pasaste tu

-A menos que...

-¿Que?

-Que todo haya sido un plan para conocerme.

-Si claro, vaya que plan.

-Pues a mi me hubiese resultado muy romántico.

Ambos se quedan mirando nuevamente, Jongin se siente extraño, no sabe si las mariposas en su estomago se deben al chico sentado en el asiento del copiloto, o porque necesita ir al baño.

-Ahi, ese es mi instituto- grita Kyungsoo, rompiendo sus miradas.

-¿Cuantos años tienes?- pregunta Jongin al estacionarse, pues cree reconocer ese instituto, es el de bachillerato.

-Dies y ocho.... casi- susurra lo ultimo, y solo sonríe- toma- dice entregando le el papel que es, supuestamente, del seguro- no me ha dado tiempo de terminarla.

-Pues esta- saca una tarjeta del bolsillo izquierdo- es mi tarjeta, para cualquier cosa.- le entrega la tarjeta al bajito.

-Kim Jongin- dice Kyungsoo recibiendo la tarjeta- Director creativo. Oh es un cargo importante.

-Si es importante.

-Lo sabia, debi haberte sacado algo de dinero, que tonto.- el mas bajo sale del coche, lo rodea por la parte trasera y golpea la ventana del piloto. Jongin automáticamente baja el vidrio polarizado.

-Por cierto soy Kyungsoo, Do Kyungsoo, no te vas a librar de mi facilmente.- se da media vuelta y corre hacia la puerta, se gira y agita su mano a modo de despedida. Jongin con esa ultima imagen enciende el coche y arranca, con una sonrisa en sus labios, una genuina, una que no soltó en dos meses.