un suspiro de la realidad ❃ zoro ; one piece

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Para Zoro fue sencillo encontrar la ropa que ponerse, estaba más que preparado para ir a la fiesta.
La cosa era que lo dejarán salir. Ninguno de sus dos hermanos lo habían dejado irse, ahí lo tenían encerrado como princesa en una torre.

Esos dos tenían un grave problema de sobre protección.

Llevaba más de media hora listo y gracias a que no lo dejaban ir, tenía que esperas a que Law o Luffy se aparecieran para poder sacarlo de ahí.
Por la desesperación ya había pensado en salir por la ventana de su habitación, pero eso no le funcionaría.

Su teléfono comenzó a vibrar, una serie de mensajes llenaba la barra de notificaciones.

El nombre de Luffy se iluminaba en la pantalla.

"¡Zoro! Ya estoy aquí, ¿Bajas?"

Zoro sonrió de par en par, saliendo de su cuarto a toda velocidad tomando, su cartera y guardando el teléfono en su bolsillo trasero. Bajo las escaleras rápido, y antes de poder llegar a la puerta Smoker se le apareció frente a la entrada.

Soltó un pequeño grito de sorpresa.

Se lamió los labios, y le sonrió al más alto de forma inocente.

—Esto..., Luffy ya está afuera, así que —rodeo al más alto, más lo tomo de la chaqueta—. ¡Oh vamos! Smoker, es tarde. ¡Prometí portarme bien!

Algo molesto, Zoro se cruzó de brazos e hizo un puchero. Estaba dispuestos a hacer berrinches hasta llamar la atención de los vecinos con tal que lo dejará ir.

Soltando un suspiro, Smoker lo soltó. Le sacudió el cabello con una mano.

—Me llamas para que pase por ti, ¿Okay?

Asintió un par de veces, despidiéndose de él por última vez antes de correr hasta el auto de Luffy.
Éste último soltó un grito de emoción, golpeó yo volante un par de veces antes de arrancar.

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En el momento de llegar, Zoro no pudo esperar menos del lugar.
Una casa enorme, autos estacionados alrededor de la calle, miles de personas entraban y salían con botellas de licor. Mujeres con minifalda, hombres con pantalones ajustados (quizás eso era lo que más le encantaba del lugar).

A varios de los presentes los conocía por la escuela y los partidos que nunca se perdía.

Uno de los brazos de Luffy lo rodearon por los hombros, para después empezar a caminar hacia dentro de la casa donde el ruido de la música era tan fuerte que a duras penas podía oír lo que los demás decían. A pesar del ambiente tan pesado, no se sentía incómodo en aquel lugar.

Le parecía increíble, solo por ser su primera vez en algo como eso.

Tenía una gran sonrisa en el rostro. Eso fue hasta el punto en el que sintió una mano sobre su trasero. Dió un salto por el agarrón se giró rápidamente, no alcanzo a protestar, ya que se fijó en que no era un extraño o un ebrio.

—Santo Dios, qué bien te quedan esos pantalones —Law había exclamado aquello para que los dos recién llegados lo pudieran oír.

Antes de que Zoro pudiera saludar, alguien llego desde atrás de Law, y lo golpeó.
El tatuado soltó un quejido de dolor, mirando por encima de su hombro a la persona detrás suyo.

—No deberías tocar a otras personas así, "cariño".

Tanto Luffy como Zoro comenzaron a reír por el regaño que acababa de recibir Law. Luego de las risas y bromas, el peli negro presento al chico junto a él.