Paternidad

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Continuación de Dolores de Cabeza. Si tenían duda sobre quién era el papá del bebé de Mikasa, acá sabrán TODO. Habrá contenido un poco subido de tono, rayando tal vez un poquitito en lo explicito.

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La incomodidad del ambiente se propagó. Cuatro voces diferentes le exigían respuestas a su manera. Levi decidió guardar un gélido silencio después de soltar algunas preguntas sin respuestas.

—Espero una respuesta en mi oficina antes de anochecer, Ackerman —ordenó saliendo de la habitación y dando un portazo. Las miradas volvieron a centrarse en Mikasa que no sabía dónde esconderse. En ese momento deseo que Erwin siguiera con vida para que la ayudara a salir de aquel embrollo.

"Aunque de estar vivo, no estarían ellos preguntando quien es el padre".

Dejó salir entrecortado el aire al recordar la muerte de su primer amante. Dolió luchar contra Levi por el suero, sin importar lo mucho que quiso al comandante, seguía aferrada a su poca familia. Cuando Hange le hizo entrar en razón, entendió que Erwin no querría verlos pelear de esa forma y aceptó a regañadientes cualquier decisión de Levi.

—¿Me pueden dejar descansar? —pidió cuando se cansó de escucharlos. Eren y Jean seguían parloteando y peleando entre ellos. Armin se había retirado de la cama, apartándose de la discusión; dentro de la cabeza del rubiecito luchaban los recuerdos de sus esporádicos y románticos encuentros con Mikasa. Presionó sus ojos con fuerza al sentirse usado y engañado—. Estoy harta de sus gritos —insistió al ver la persistencia de los muchachos.

—Tienes que explicar que ha sucedido antes —exigió Eren colocándose frente a ella y tomándole la mano—. ¿Acaso el bebé no es nuestro? —Mikasa rodó los ojos, retirando su mano.

—¡No! —Interrumpió Jean empujando bruscamente a Eren para ocupar su lugar—. Mikasa y yo compartimos una conexión que ahora será más especial porque seremos padres.

—Vendré después —murmuró con la voz al borde del llanto Armin. Salió sin apenas hacer ruido bajo la atenta mirada de la mujer.

—Largo —ordenó al ver la puerta cerrada, dejó de contenerse para correr al par de gritones que sólo lograban ponerle los pelos de punta. Jean titubeo al escucharla, no quería seguir presionando; pese a la disputa con Eren, se obligó a respetar los deseos de Mikasa.

—Quiero respuestas —exigió Eren cuando se quedaron solos.

—Déjame dormir. —Dejó la taza en la mesita más cercana, se acomodó en la cama para dormir. El muchacho se sentó junto a ella. Detuvo los dedos a unos centímetros de sus brazos.

—Bien —respondió alejándose—. Ya no importa de quien sea, creo que ni siquiera tú puedes saberlo. —Mikasa mordió con fuerza su labio, reteniendo ese nombre que gritaba por ser dicho.

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Por fin se quedó sola en su habitación, pensó en cómo llegó a tal situación. Maldijo a la doctora que la revisó por dar esa información sin su consentimiento.

"Soy una idiota, debí de tener más cuidado". Se regañó acariciando su vientre. Sabía que la sobre exigencia podría causar daños irreparables, sin embargo, todavía podía y necesitaba guardar las apariencias hasta que fuera inminente.

El embarazo no era una condición que desconociera; supo de su gestación cuando soñó a su madre, quien le recordó que debía grabar el emblema familiar al pequeño que crecía dentro de ella; de eso ya, tres meses. Según sus cálculos, el bebé debía de tener cuatro meses, tal vez un poco más. Se sorprendía cada día al ver que su vientre apenas estaba abultado para su gestación tan avanzada.

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