-Claro que es suficiente, siempre que estemos juntos será suficiente David. -Eva sabía que eso era falso. Para ella también la vida se acababa en dos días. Sólo quedaban dos días para dejar de huir y entregarse a su destino.
-Ese es el problema. -Espetó David. -No estaremos juntos. Yo tendré las sobras, y lo peor de todo es que no puedo dejarte. -Dijo con dolor profundo. -Yo te amo. -Un sollozo interrumpió el gran cuerpo de David, Eva lo estrechaba con más fuerza. Él sabía que para ella también era difícil, pero no podía dejarse caer de rodillas y dejar de intentar, quizás lograría que ella no se casara y se fuera con él.
-No, no, tú siempre me tendrás completa... Siempre...Yo también te amo. Ya no podemos hacer nada. -Dijo con voz triste.
El corazón del joven se estrujó en su pecho. La amaba, y por tanto siempre quería verla feliz. Eso fue lo que le cautivó de ella, su sonrisa. Pero se perdió por completo cuando probó su ternura, su dulzura, ese amor tan puro que sólo su hermoso y noble corazón podía darle.
-Sólo... sólo hazme olvidar el resto del mundo. -David se giró y la estrechó entre sus brazos mientras dejaba un camino circular de besos mezclados con lágrimas en su oscura cabellera. -Hazme sentirte... Dime que nunca me olvidaras, que nunca me dejarás.
-Si te dejara algún día, estaría dejando más de la mitad de mi alma atrás. Entiéndelo. Tú lo eres todo. -Puso su dedo índice en el mentón de la chica para instarle a que le viera. -Tu eres mi todo Eva, de lo contrario no estaría aquí. -No pudo continuar porque Eva se abalanzó hacía su boca.
Un beso desesperado, que le demostraba toda la tristeza que sentía ella, pero también su amor. En algún lugar recóndito de su cabeza algo se alegró de saber que Nathan jamás podría tener este tipo de cosas...
***
-Conocí a la mujer de mi vida. -Nathan le había llamado a New York entusiasmado. -Por ahora sólo somos amigos, pero su padre me dio su bendición para pedirle que fuese mi novia y se casará conmigo. -Su amigo estaba animado, como nunca lo había escuchado.
-Wou, vaya que vas rápido. -Bromeó David. -Me alegra bro', vas a ser el primero en lanzarse de cabeza.
-Es perfecta... La perfecta mujer para ser la madre de mis hijos. -David imaginó la cara de su mejor amigo en esos momentos y puso los ojos en blanco. Nathan siempre había sido un romántico empedernido, un poco diferente a él, que había sido el más moderado.
-Aún no te han dicho que sí ¿y ya estás pensando en llenar a la pobre de bebés? -Soltó una carcajada y al poco tiempo su amigo lo siguió.
-Si la conocieras, me darías la razón. Es que es...- Suspiró. -Woau, salida de otro mundo... Me quiero casar con ella cuanto antes.
-Loco. -Vociferó bromista David. -En serio Nathan, ¿por qué tanto afán? ¿La conoces lo suficiente?
-La conozco hace más de un año, hice negocios con su padre... Con eso es suficiente. Todo será perfecto, no puedo esperar a llegar todos los días a mi casa y verla esperándome. Te lo juro, estoy perdidamente enamorado... Solo quiero que sea mía...
***
"Seré suya solo en el papel"... Pero él sabía que eso no era cierto. En algún momento -si ya no había pasado- se tendría que acostar con él, y la idea le desarmaba... Le llenaba de una ira indescriptible tener que compartir lo que era suyo... Porque Eva era suya. Dejó de besarla y ella se pegó a su pecho en un abrazo necesitado.
-Hazme el amor, por favor, David. -Eva suspiró contra su pecho. -Por favor.
- ¿Te acostaste ya con él? -La voz de David enfriaba como millones de témpanos de hielo. Frío e ira... Frustración y sobre todo ganas de matar a Nathan si se atrevió a tocar a su chica. Eva guardó silencio mientras se apretaba más al pecho de David. -Respóndeme Eva, ¿te acostaste o no con Nathan? -La chica sollozó contra su pecho, y el corazón de David se oprimió más aún. El aire le faltaba y solo tenía ganas de golpear, de destruir.
-No....-Respondió al final ella en murmullo suave. Él soltó el aire que tenía atrapado en sus pulmones, y Eva sintió como el cuerpo de él se relajaba bajo su abrazo. -Nathan lo intentó, y aprovechando que todo ha sido muy rápido, le dije que aún no estaba lista... siempre le di largas hasta el día de hoy... Pero pronto tendré que hacerlo. -Dijo ella antes de romper en lágrimas. Su enamorado la tomó tiernamente entre sus brazos, dándole todo el consuelo que sólo en aquel lugar podía encontrar. Ese era su hogar, y ella jamás quería salir de ahí. Se amaban, lo amaba demasiado para desear tener a otro hombre, la sola idea de que otro que no fuera David la tocara le daba asco.
-No quiero que él te toque...
-Tendré que hacerlo... Y para resistirlo pensaré en ti, en tus caricias que son las únicas que yo deseo. -David negó con la cabeza.
-No tienes que hacerlo, solo tienes que huir conmigo ya mismo. Nos vamos y seré yo el único que te toque... Mi amor, ven conmigo por favor. -Eva sollozó más fuerte, mientras él la aferraba más a su cuerpo.
***
-Nathan me pidió tu mano, y yo le dije que sí. -Jack el padre de Eva hablaba como si acabase de sellar un negocio.
- ¡¿QUE?! Ni siquiera somos novios, ni siquiera he salido con él... ¡NI SIQUIERA ME GUSTA, ES COMO MI HERMANO! -Se levantó de la silla donde desayunaban todos en familia. Jack miró a su hija seriamente mientras le indicaba intimidante con un dedo que se sentará. Ella obedeció como un cachorro.
-Tendrá que gustarte y tendrás que dejar de verlo como un hermano porque te casarás con él.
- ¡NO!
-Claro que sí. -Jack se levantó y golpeó la mesa haciendo vibrar todo lo que estaba encima. Eva dirigió la mirada a su madre, que no levantaba la vista del suelo. Letitia lo sabía, todos lo sabían y nadie le había dicho nada. Se sintió usada. -Le debemos mucho a ese muchacho. Además, que es grandioso para ti. Te ama y te puede dar un gran futuro. No dejaré que cometas los mismos errores que Charlotte... ¡DOS MATRIMONIOS JODIDOS! Tengo que escoger por ustedes para asegurarme que tengan un buen futuro, además que nos ayudaría a crecer en el negocio que tanto esfuerzo me ha costado.
- ¡NO SOY UNA MERCANCÍA Y NO ESTOY A LA VENTA, PADRE!
-Te casarás Eva...
- ¡NO! -Grito Eva al borde de las lágrimas.
-Te casarás o te olvidas de que tienes familia. -Jack se levantó de la mesa como un huracán y dejó a su hija y esposa solas. Eva miró a su madre con ira.
- ¿Por qué dejas que me haga esto? -Le preguntó con rabia. Letitia se secó las lágrimas y se puso en pie para acercarse a su hija. -No te me acerques.
-Hija yo...
-Tú nada, madre... Tú nunca puedes hacer o decir nada. -Se levantó también de la mesa y corrió a su habitación.
***
La mente de Eva volvió al presente después de uno de tantos recordatorios que tenía para no huir con David.
-Ya te he dicho que no puedo. -Se separó un poco de él para levantar las manos y acunar su hermosa cara entre sus manos. Los ojos de David estaban vidriosos y ella sintió que el mundo se caía a sus pies. Él recostó sus mejillas en sus palmas y cerró los ojos disfrutando de la suave sensación de su tacto. -No hablemos más de eso. Pasa la noche aquí conmigo... Por favor. Que esta noche sólo seamos tú y yo, mi amor. -David suspiró pesadamente y al final asintió.
-Solos... Tú y yo. -Inclinó su rostro hacía el de Eva y la besó suavemente.
ESTÁS LEYENDO
Atrapando al Padrino (EPDLB I)
Любовные романыEva está por casarse con el hombre perfecto, querido por todos y admirado por su familia. Todos están emocionados con el casamiento más que la propia novia... porque en su cabeza, su futuro esposo es sólo un hermano, un amigo cercano... No aquel hom...