Poisoning the World : Envenenando al mundo

CAPITULO 67: El escape

"Bien, bien, esa chica solo estaba tratando de retrasar el tiempo pero fue vista por el hermano y fue castigada duramente ..."

"¡Sí, sí! ¡Esta niña debería haber aprendido una lección! De hecho irritaba al jefe tanto que tuvo que tomar medidas personalmente."

"Este idiota. No importa cuánto tiempo se retrasó, no habría podido escapar de la muerte. Jefe, ¿estás cansado? ¡déjenos todo el restro! "Los 4 hombres trataron de besar el tracero de su jefe* mientras se preparaban con entusiasmo para tomar el relevo.

*(osea que significa complacer al jefe)

Tu Yidao, que estaba en su silla de ruedas, se levantó lentamente y dio dos pasos adelante. Bajo las miradas de sus subordinados, se sacudió ceremoniosamente su túnica antes de bostezar. "En, voy a dejar que ustedes tomen el control de aquí. Hoy estaba siendo demasiado escandalosa, así que le cerré la garganta. No podrá decir nada. Después de que firme la confesión, ejecútanla como lo antes dicho."

Los 4 subordinados vieron que, sorprendentemente, lograron caminar con tanta calma y firmeza y quedaron asombrados. Naturalmente, otra ronda de felicitaciones y besos de tracero comenzó.

Tu Yidao permaneció sombríamente frío y claramente asintió.

Estas personas ya estaban acostumbradas a su actitud, por lo que no levantó ninguna sospecha. Cada uno de ellos le instó a ir a descansar y le aseguró que podían hacerse cargo de aquí.

Tu Yidao volvió a bostezar y dijo: "Entonces tendré que molestarlos. Si ustedes completan bien su tarea, serán recompensados." Despúes salió en medio de la adulación de sus subordinados.

Cuando la joven que estaba clavada en la pared vio a los 4 hombres, una luz brilló a través de sus ojos. Abrió la boca y trató de decir algo, pero su voz ya había sido destruida. Sólo se oyeron sonidos *hh* ...

Al ver que los 4 hombres la ignoraban por completo, la desesperación llenó sus ojos.

Después de que Tu Yidao se marchara, esas 4 personas caminaron lentamente hacia ella.

Uno sostenía un cuchillo; uno sostenía un par de pinzas ardiendo, y uno sostenía un martillo ... Ellos le sonrieron ferozmente.

"Niña, tus habilidades médicas son realmente buenas. Sorprendentemente, consiguió curar la enfermedad de nuestro jefe ... Pero, nuestro jefe es famoso por volver a sus palabras. ¿Pensaste que después de curarlo lo dejarías pasar por la noche? Jaja, eres muy ingenuo! Todo lo que se suponía que debía hacer de todos modos ... "

"Nuestro Jefe es realmente muy directo, ambas piernas ya están rotas." Una persona se regodeó mientras miraba sus piernas como un fideo.

"Qué lástima, una mujer tan buena, tu aspecto tampoco estaba mal, pero ahora te ves así. Tsk! Tsk! Al principio, nosotros, los hermanos, queríamos hacerle saborear los hombres, pero ahora se ha convertido en este maldito trozo de carne, y ya no nos interesa ... "Una persona parecía arrepentirse.

"¡Jeje! 3 viejos, ¿crees que nuestro jefe ya le ha dejado probar la delicia?". Sin embargo, otra persona sonrió mientras observaba con desdén la figura que estaba colgada en la pared.

"¿Es necesario decir esto? Si ella es así, ¿no significa que ya le ha dejado tener un sabor de su palo de éxtasis? Una vez que el jefe muestre a una mujer, los clavaría así ... "

Los 3 ancianos barrían su mirada por el área privada de esa persona. Era una mezcla de carne sangrienta. Ya no se podía hacer nada más ...

Los cuatro ahogaron aburridos bostezos y no miraron más cerca. Sólo querían acabar con eso e irse a dormir. Por lo tanto, infligieron 18 diferentes tipos de métodos de tortura destinados a hacerla confesar ...

Debían de haber estado demasiado cansadas y al principio habían olvidado que su voz había sido destruida, por lo tanto no podía hablar. Ellos infligieron torturas brutales que la dejaron flotando en el umbral de la vida y la muerte antes de recordar finalmente que no podía hablar.

Alguien le permitió usar su cabeza para expresarse.

La persona en la pared asintió apresuradamente, aceptando confesar.

Finalmente soltaron suspiros contentos y trajeron la confesión que había sido preparada de antemano.