11:47 p. m.
Su nombre generaba esperanza, la esperanza de vivir, de algo mejor quizás; hacía crecer algo muy pequeño en el interior de cada uno, traía fe, traía paz. Traía Luz.
Luz y sus amigas conversaban en el aula sobre los últimos acontecimientos de sus compañeros: que Candela se desmayó en medio de una fiesta, en la cual Joel encontró –medio ebrio– a Valentina en un cuarto a oscuras con el novio de su mejor amiga, y que la mejor amiga estaba en el patio bebiendo como loca con el hermano de Candela. En fin, era un círculo increíble.
En medio de la charla, Victoria cambia de tema.
—¿Se enteraron de la fiesta de este finde?
Las otras la miran con cierta perplejidad y niegan con la cabeza.
—¿Cuál fiesta? ¿La del cumple de Simón? Pero esa es la semana que viene no, la otra... —Responde una de ellas. Luz se mordisquea la uña del meñique mientras presta atención.
Victoria niega rápidamente con la cabeza.
—No, no. Unas amigas hacen una fiesta el sábado y dicen que va a estar buenísima, si quieren podemos ir. Van a haber chicos más grandes... —Les regala una sonrisa pícara y algunas se la devuelven con malicia y cierta alegría.
—¿Estás hablando de las amigas tuyas esas? ¿Sofía y la otra...? —Milena pregunta con cierta incomodidad.
—Aylén. —Aclara Victoria—. Sí, ellas. Como somos muy amigas me dijeron que podían hacer como una excepción e invitarnos a nosotras, aunque tengamos dos o tres años menos... ¿Qué les parece?
—¿Y cómo hacemos para ir? —Preguntó otra de ellas.
—Es cerca de donde nuestro barrio, si quieren nos podemos ir caminando, o le puedo pedir a mi papá que nos vaya a buscar a la vuelta y se quedan a dormir en mi casa...
Algunas asintieron con la cabeza.
—Son detalles que siempre arreglamos de alguna forma u otra. La cuestión acá es que tienen que pagar la entrada y poner que van a asistir en el evento de Facebook, para que las anoten —les explicó y alguna que otra ya estaba sacando su celular del bolso.
—¿Cómo se llama el evento? —Preguntó Milena tecleando en su teléfono.
—Ya se los paso. El dinero me lo dan a mí y yo pago todo junto. —Se pasó la lengua por los labios—. ¿Quién se suma? Va a estar buenísimo, se los prometo...
Las chicas se miraron entre sí un momento para tomar una decisión. Algunas dijeron que sí de inmediato, otras comentaron que primero tenían que hablarlo con sus padres (a las primeras no les importó ese tema), y otras, como Luz, permanecían calladas y dubitativas.
Victoria la miró.
—¿Vas a ir? —Le preguntó con cierta esperanza y le sonrío con picardía—. Yo sé que te gusta salir.
A pesar de que por algo se sentía insegura, y de que esto le ocurría casi siempre que iban a ir a alguna fiesta, Luz sonrió.
—Seguro que voy.
Al instante, Victoria consiguió el permiso de las organizadoras para invitar a sus amigas al evento de Facebook. Luz leyó las indicaciones y los detalles mientras entraba el profesor al aula. Echó un vistazo también a las personas que ya habían puesto que iban a ir: un montón de desconocidos de diecisiete y dieciocho años ya con barba y espalda ancha. Miró también los perfiles de las organizadoras, Sofía Brito y Aylén Méndez, por lo que leía, parecían dos chicas muy simpáticas y agradables, ¡comentaban las publicaciones de todos sus amigos y hacían un montón de bromas divertidas!
Luz se dejó llevar por la calma y el alivio y, sin dudarlo un segundo más, pulsó el botón donde indicaba "Asistir".
J
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Punzante
Short StorySimplemente pasó. Comenzó con una casualidad, fue pura mala leche, terminó con una locura que, sin embargo, pasa. Gracias por leer, valoro mucho tu interés ♥