21:37 p. m.
A veces surge, a veces llega. Muchas, no te das cuenta. Muchas, lo hacés y no lo querés asimilar. Y puede que no seas la persona en tu entorno.
Sentada sobre el sillón de la sala de estar, Luz leía un ejemplar de Sueño de una noche de verano con el ceño fruncido bajo sus lentes para leer. Estaba esperando a que la comida estuviera lista para ayudar a poner la mesa, mientras su perra Dalia correteaba por el largo pasillo de la entrada persiguiendo una pequeña pelota de juguete, cuando su teléfono vibró sobre su falda al recibir una notificación de Facebook. Cuando lo encendió, vio que en realidad era un mensaje privado.
[21:39 p.m.] Sofía Brito: Quién te creés que sos?
[21:39 p.m.] Luz Castagno: Perdón??
[21:40 p.m.] Sofía Brito: Esoo no te hagas la tonta. Te la re crees y por eso nos ignoras en la foto
[21:40 p.m.] Luz Castagno: No me la creo y no me hago la tonta dejá de decir pavadas
[21:40 p.m.] Sofía Brito: Que nooo.
[21:41 p.m.] Luz Castagno: No me conocen, por qué me dicen eso?
[21:41 p.m.] Sofía Brito: Qué cosa?
[21:41 p.m.] Luz Castagno: Esas gastadas, me doy cuenta
[21:42 p.m.] Sofía Brito: Jajajajajajajajaj son bromas nada más, no te ofendas gordi
[21:42 p.m.] Luz Castagno: Bueno y entonces para que me hablás?
[21:42 p.m.] Sofía Brito: Jajaj porque no contestaste más!!
[21:42 p.m.] Luz Castagno: No sabía qué responder
[21:43 p.m.] Sofía Brito: Mmm. Para mí que te andás haciendo la forrita. Eso es lo que hacen las pendejas de tu edad, son conchetas y se la re creen por eso. Bajate de allá arriba mi amor.
[21:43 p.m.] Luz Castagno: Y vos que sabés de mi vida? Dejá de molestarme no te hice nada. Aparte tampoco es tan grande la diferencia de edad entre las dos que digamos...
[21:44 p.m.] Sofía Brito: Lo que sí sé es la clase de gente que sos. Sos una agrandada, eso pasa. Y mañana te vamos a agarrar de los pelos sabes?
[21:44 p.m.] Luz Castagno: Pero ni siquiera les dije nada, como para que se enojaran!!! Que indecentes ni siquiera tienen una razón...
[21:44 p.m.] Sofía Brito: Aaaaaaahh bueeeeeeeno, encima me contestás!!! Dejá ya te vamos a agarrar pelotuda, te crees que la tenés clara? Mañana te hacemos bosta
[21:45 p.m.] Luz Castagno: No tiene sentido
[21:45 p.m.] Sofía Brito: Chau chetita, nos vemos mañana :*
Luz sintió cómo se le ponía la piel de gallina y se le encogía algo dentro. Nerviosa, con miles de imágenes en su cabeza –dos chicas dejándole un moretón enorme en la cara, arrancándole los pelos de raíz, del mismo moretón empeorando, entre otras–, se levantó a poner los platos y cubiertos.
—¿Mamá? —Tragó saliva con fuerza mientras acomodaba las vajillas sobre el delicado mantel blanco con pequeñas rosas en las orillas. Ella apagó la cocina y sacó la tapa de la sartén. De allí salió un montón de humo con olor a milanesas.
—¿Qué pasa?
Luz volvió a tragar saliva por miedo a que le saliera la voz cortada por el nudo de miedo que tenía en la garganta. Al principio, no supo cómo decirlo.
—Hay unas chicas en Facebook... —Acarició la impecable madera de la barra de desayuno con timidez—, que creo que me quieren pegar.
A su madre se le cayó un poco de puré de zapallo al suelo y lo limpió con un trapo de inmediato. Luego se giró hacia su hija.
—¿Cómo es eso? —Le preguntó con cierto temor oculto por la intriga.
—No sé... Creo que no les caigo bien, ¡pero te juro que no les hice ni les dije nada! —Se apresuró en aclararle con miedo a que desconfiara de ella. Su mamá le tendió la fuente de vidrio con el puré, indicándole que la llevara a la mesa, mientras la seguía con una jarra de estilo vintage con jugo natural de ananá. Mientras Luz gruñía al acrecentarse su bronca por esas chicas, su padre se sentaba en su lugar habitual y preguntaba:
—¿De qué están hablando?
Su madre se sentó al mismo tiempo que Luz, colocando el servilletero junto a la jarra y la fuente, y comenzó a servir a cada uno.
—Luz dice que unas compañeras le quieren pegar.
—No son mis compañeras, son más grandes... —Comenta ella—. Tienen como dieciocho años.
Ambos la miran un instante y después su papá se sirve un poco de vino en la copa, preguntándole:
—Pero ¿cómo te enteraste vos?
Su madre se sentó y empezó a cortar con prisa y cierta furia su milanesa, como siempre lo hacía. Luz, un poco más relajada, pero sin perder la preocupación, le dio un trago a su jugo y les contó todo desde que indicó que asistiría a aquella fiesta. Su madre fruncía el ceño, pensativa, y su padre masticaba con paciencia. Se limpió la boca con una servilleta mientras, ella, respondía:
—Me parece que no tienen por qué amenazarte, ¡y mucho menos pegarte!
—Te deben querer asustar nada más, no les van a pegar a una chica de dos, tres años menos... —Agregó su papá. Luz empezó a sentir como si un peso se le fuera yendo de encima de a poco.
—Lo mejor —opinó su madre—, sería que bloquearas a esas chicas. Vas a ver cómo desaparecen.
—Sí, bloquealas y ya está. No te van a hacer nada, te están gastando solamente porque se aburren. No hay que hacerle caso a esa gente.
Luz se encogió de hombros pensando en que lo haría apenas terminara su cena, y se enfocó en esto último, ignorando la preocupación que se volvía transparente en su interior.
Transparente, pero seguía ahí.
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Punzante
Short StorySimplemente pasó. Comenzó con una casualidad, fue pura mala leche, terminó con una locura que, sin embargo, pasa. Gracias por leer, valoro mucho tu interés ♥