Martes 21 de agosto de 2012

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09:34 a. m.

Pero, al final, nada ocurrió. Cuando salió del colegio, no había nadie sospechoso. Caminó con cierta paranoia hacia la parada del colectivo, mirando a su alrededor a cada rato con atención, pero nadie llegó. Nadie la golpeó. Estuvo a salvo.

Llegó a casa aliviada, se recostó sobre su cama feliz, y el resto del día fue paz y serenidad.

Cuando despertó ese martes, estaba convencida de que, si Sofía Britos y Aylén Méndez no habían ido a por ella el lunes, fue porque lo postergaron al martes ya que asumieron que ella estaría lista y esperándolas con sus padres al lado, o la policía, o su grupo de amigas. Debió haber sido inteligente y contárselo a ellas para que la defendieran a la salida de la escuela, pero supuso que no le creían ya que las amenazadoras eliminaron sus comentarios en la foto de Luz antes de que ella las bloqueara y, además, Victoria les diría que en realidad no eran tan malas y lo hacían solo para molestarla un poco.

Victoria era la típica que quería ver el mundo perfecto. Todo siempre estaba bien, nada fuera de lugar; porque si algo se movía, si algún tornillo se salía, había dos posibilidades: a) lo ignoraba y hacía la vista gorda, que todo estaba bien, que no era tan grave, que esto y lo otro, o b) se ponía histérica del estrés y pensaba todo el tiempo en formas de solucionarlo o de ignorarlo.

Eso era lo que a Luz le molestaba. Nadie se ponía en su lugar, nadie se lo quería tomar en serio como a ella le había caído. Y tal vez que, puesto que el lunes no vinieron las amenazadoras, debía olvidarlo ya. No iba a pasar nada, se suponía.

Pero no podía, tenía miedo. ¿Y si venían esta vez? ¿Y si la dejaban inmóvil? ¿Y si incluso la mataban? ¿Podrían ser capaces de llegar a ese extremo, sólo por razones sin sentido y poco claras?

Luz tragó saliva con tanta fuerza, que sintió como si tuviera una pelota de metal en su garganta que no se quería mover.

"me_Q

PunzanteWhere stories live. Discover now