CUANDO YA NO ESTÉS

6. RECUERDOS

Cuando abrí los ojos, me levanté de la cama me vestí y baje las escaleras. Toda la casa estaba en un oscuro y perturbante silencio. Salí como un autómata de casa, de hecho no recuerdo si cerré la puerta, era como si no tuviera alma, mis piernas avanzaban solas sobre la fría calzada. Alzé la cabeza y comprobé que todavía era de noche, la inmensa oscuridad arropaba al pequeño pero brillante tintineo de las estrellas.

No sabía a dónde me dirigía. Pasé por el supermercado, el chino, la casa de mi amiga Leonor, por la librería y por la panadería.
Después de un tiempo, me di cuenta que cada vez me aproximaba más al puente encima de la autovía, escasos coches pasaban por allí a esas horas.

En aquel puente, Javi y yo atamos un candado a una de las barras como en aquella película que tanto me gustaba: Tengo ganas de ti. Y más tarde tiramos la llave que lo abría a la fuente de un parque próximo. Ese pequeño gesto fue un símbolo de que nada podría romper nuestro amor. La pregunta era ¿porqué me encontraba allí? A esas alturas ya estaba caminando en el puente, súbitamente me paro en seco, justo en el medio del puente.
Y agacho la cabeza, la altura es terrorífica de por lo menos 15 metros, los pocos coches que hay pasan como una flecha y, de repente un sudor frío me recorre el cuello, tengo miedo.

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Me incorporo en la cama, uff sólo a sido un sueño.
Mientras bajaba a desayunar, le daba vueltas en mi cabeza a ese extraño sueño ¿significará algo?, ¿tiene algo que ver con la muerte de Javi? y lo más importante ¿porqué mi mente a generado ese horrible pensamiento?
- Paula, Paula llamando a Tierra ¿hola? -mi madre me sacó de mis pensamientos
- Si mamá perdona ¿qué decías?
- ¿Qué quieres para desayunar?
- Tostadas - la respondí fríamente, no tenía ganas de hablar.