CUANDO YA NO ESTÉS

9. NOSTALGIA

Después de todo lo que me estaba pasando no confiaba en nadie, ya casi ni comía, y cuando lo hacía vomitaba todo sin que mis padres lo supieran. Me pasaba todo el tiempo o estudiando o tumbada en la cama llorando.
Me dirigí al baño y me miré en el espejo, si tuviera las fuerzas habría gritado del terror que me inspiraba mi imagen, tenía unas profundas ojeras moradas que casi me llegaban a los pómulos, mis labios estaban secos como el papel de lija, tenía menos pelo que de costumbre, mis hombros estaban esqueléticos y tenía la cara muy delgada.
No podía seguir así, tenía que mejorar, comer y sobre todo dormir, ya que ya ni dormía. Lo haría por él. Por Javi.

Hoy había quedado con María para ir al cine. No me apetecía lo más mínimo ir pero lo hice por él, para mejorar, para socializarme otra vez.
María estaba en la cola para coger las entradas. Me dijo entusiasmada:
-¡¡¡ Paula!!!! Aquí. Que ganas de volver a verte

- Hola María yo también quería verte ya - mentí

- Estas muy guapa - me dijo seguramente mintiendo

- ¿Sabes qué? Tengo un nuevo novio - dijo entusiasmada

Aquel comentario sinceramente me hirió en lo más profundo de mi ser. Como si María se hubiera olvidado de que Javi había muerto. Por experiencia sabía que su relación no iba a llegar a mucho, ya que todos sus anteriores novios la habían hecho sufrir engañándola con otra o dejándola por mensajes y siempre era yo quien la apoyaba y consolaba. Sé que suena a reproche pero ella tampoco me ayudó mucho con lo de Javi. En realidad nadie más que yo misma me había ayudado, como si creyeran que con el pésame que me dieran todo se solucionaría y ta habrían saldado sus deudas conmigo.

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La película no me gustó y ni la presté atención, solo quería irme a casa.

Subí cansada las escaleras, y me tumbé en la cama.
De repente se cayó algo, era un álbum. Lo cogí y al dejarlo en la estantería de mi armario se cayó de él una foto. En ella aparecíamos Javi y yo, aquel día en el que fuimos al parque de atracciones y me vomitó encima después de subir al Tornado. Nos reímos todo lo que quedó de viaje.
Sin saberlo estaba llorando, lágrimas calientes y ácidas recorrían mis mejillas y caían en la foto.
¿Sería eso una pista?¿Debía ir al parque de atracciones?
Estaba decidida, me saltaría el colegio. Parecía una estupidez pero debía intentarlo.
Por él.

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