— Oh... ¿Matteo? — Dije acercándome extrañada de verlo aquí. — ¿Qué haces acá?—.
Se quedó callado mirándome. Yo analicé su rostro algo nerviosa.
Se veía bien... Muy bien. Habían unas ojeras marcadas debajo de sus ojos y tenía el ceño fruncido. Su mano estaba posada en mi casillero y la bajó lentamente para ponerse ambas manos en los bolsillos de sus pantalones. Me miró indiferente.— Nada.—
Se iba a marchar, pero un impulso de repente apareció en mí y lo tomé de la muñeca antes de que se marchara. Él se quedó mirandome confundido. Desvíe mi mirada arrepentida de mi estúpido movimiento.
— Uhm...—.
— ¿Qué pasa?— Preguntó.
— Te estaba buscando— Solté sin darme cuenta de mis palabras. Él sonrió. ¡Oh, me dió una sonrisa!
— ¿Para qué?
Demonios, no pensé en que me preguntaría eso ¿Y ahora que le digo? Siento que el calor llega a mis mejillas al darme cuenta de que aún lo tengo tomado de la muñeca. Reí nerviosa y solté mi agarre.
Espera... ¿Soy estúpida o qué? No puedo demostrarle que estoy nerviosa. No, señor. Tengo que mostrar autoridad.
Me paré derecha haciendo un ruido grave con mi garganta y acomodando mi ropa arrugada y lo miré directo a los ojos tratando de verme intimidante. Intento que fracasó terriblemente al volver a ver sus ojos.Okay... Tranquila, idiota. Estás bien pendeja.
Suspiré y lo miré arqueando una ceja.
— ¿Por qué me evitas?— Le pregunto de golpe. Él arquea una ceja. Luego suspira. ¿Lo estaré molestando?... ¡No! Él debió pensar eso antes de venir a mi casillero, estoy segura de que si me voy ahora no le hablaré más. Y quiero acabar en buenos términos con él antes de irme. ¡Cállate, _____! Solo espera su respuesta y cálmate.
Lo miré intrigada.
— Por nada en especial, solo quería estar un tiempo sin ti—.
Oh... Eso... Eso dolió.
— ¿Sin mi? ¿Qué te hice?— Dije tratando de no sonar dolida. Al menos mi intento funcionó.
— De todo— Murmuró despacio quizás tratando de que no lo escuchara.
— ¿Eh?—.
— No, nada. Olvídalo— Rió sin gracia — ¿Tanto me necesitaste en este último tiempo? No creí ser tan importante en tu vida— y ahí llegó el Matteo que conozco.
— Obvio que te necesite, Balsano — Dije. Él me miró sorprendido. Me golpeé mentalmente por mis palabras sonrojada y avergonzada — D-digo, eres uno de mis mejores amigos. Creí que dejarías de serlo — Hablé rápidamente.
— Oh, claro— Dijo algo... ¿Decepcionado?, no, no creo que sea eso. Cállate, estúpida.
— Pero...Balsano. ¿No podemos volver a ser como antes? Por favor, necesito estar con vos antes de irm...— Me callé de inmediato al darme cuenta de lo que estaba a punto de decir.
— ¿Antes de qué?— Preguntó extrañado.
— Antes de... Uhm, ¡Antes del open! — Dije rápidamente. Él me miró extrañado. ¿No se me pudo haber ocurrido alguna excusa más estúpida? Aunque lo esperaría de mi.
Nos absorvimos en un largo y tenso silencio. ¿Qué le digo ahora? No quiero que se vaya.
Me pasa siempre, suelo ser muy amiga de las personas pero cuando me llegan a gustar nuestras conversaciones siempre se tornan incómodas, aunque esa persona no sepa de mis sentimientos. Y al parecer, no he cambiado mucho en ese aspecto. Es como una maldición que hay en mi.
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La hermana de Pedro - Matteo y tu
Hayran KurguPedro y ____ eran hermanos, prácticamente desde que eran chiquitos no paraban de estar juntos que parecía irreal que dos hermanos podrían pasársela tan bien. Pero después de que por problemas _____ se tuvo que ir por 7 largos años a vivir con su tía...