Capitulo 5: ¡Despierta!

6.7K 214 0
                                    

Era Jesús, pero no estaba solo.

- Dani, mira, esta ahí - se me escapó decir.

-Tengo cinco llamadas perdidas de mi madre, no me ha sonado... - dijo mirando el móvil.

Estaban tres mesas delante nuestro. Ahí estaba Jesús muy serio, con sus padres y su hermano mayor.

- ¿Vamos? 

- Como quieras, pero ves tu que me da vergüenza - reí tímidamente.

- Vergonzosa - me sacó la lengua - va, vamos - dijo mientras me cogía del brazo yendo hacia ellos.

- Hola, mamá, no he visto las llamadas - ellos nos miraron sorprendidos, pero a mi me miraron más, normal, no sabían quien era.

- Hola hijo, no pasa nada ¿y tu quien eres? - no pudo evitar decir su madre.

- Soy la chica que antes ha llamado por teléfono - dije tímidamente.

- ¡Ay! Se me olvidó llamarte, reina - dijo de repente.

- No importa, después ya lo vi - dije con una sonrisa forzosa.

En ningún momento me atreví a mirar a Jesús, nunca pensé que se comportaría así. Cuando dije que lo vi, le miré y él , que me miraba, bajó la cabeza y su hermano mayor se dió cuenta.

- ¿Que pasa aquí? - dijo mientras miraba a Jesús y después a mi.

- Nada ¿A que te refieres? - se metió Dani.

- Ella lo mira, él baja la cabeza...

- ¡Ay! Cosas nuestras - contestó Dani bordemente.

- No contestes con ese tono a tu hermano - le regañó su padre.

- Bueno, ya es tarde, tengo que irme. Adiós - dije con una sonrisa y me fui. No andé mucho, por qué en la puerta, Dani me cogió del brazo y me paró.

- No te vayas - me susurró al oído.

- ¿Por?

- No tienes razones para irte...

- Sí, sí tengo - al ver que no me soltaba me giré -  Dime ¿Tan bien te lo pasas conmigo para no querer que me vaya?

- Exacto - soltó una carcajada y yo otra.

- Hay muchos días - dije mientras nos mirábamos a los ojos, casi sin pestañear.

- Bueno, si no quieres quedarte, espérame aquí un momento - dijo yéndose hacia la mesa donde estaba su familia, que nos miraban con cara de no saber absolutamente nada de lo ocurrido.

Vi que Jesús y Juan Carlos, su hermano mayor, estaban hablando seriamente.

- Vamos, te acompaño a casa.

- Eres imposible - dije tocándome la cabeza, como casi siempre hacia. 

- Ya me lo habías dicho antes - dijo con una sonrisa.

- Va, vamos - dije y nos fuimos.

- ¡Wiiii! Hay luna llena - dije como una niña pequeña.

- Te gusta eh.

- Mucho - dije sin apartar la mirada de la luna.

- Anda, vamos.

Como ese día, nos pasamos todo el camino contándonos chistes y riéndonos a no poder mas.

- Esto era... - dijo comenzando a contar un chiste.

- Un chico que canto Mi princesa, de David Bisbal, a la chica que tenía al lado - sonreí, me miró y sonrió aún más soltando una carcajada.

- ¡Que chiste tan malo! 

- ¡Dani! Va cantalá por fa - dije alargando la a del final.

Que milagro tiene que pasar para que me ames, 
que estrella del cielo a de caer para poderte convencer, 
que no sienta mi alma sola. 
quiero escaparme de este eterno anochecer. 

Dice mucha gente que los hombres nunca lloran, 
pero yo he tenido que volver a mi niñez una vez mas. 
me sigo preguntando, 
porque te sigo amando y dejaste sangrando mis heridas. 
No puedo colmarte ni de joyas ni dinero, 
pero puedo darte un corazón que es verdadero 
mis alas en el viento necesitan de tus besos 
acompañame en el viaje que volar solo no puedo... 

Y sabes que eres la princesa de mis sueños encantados 
cuantas guerras he librado por tenerte aquí a mi lado 
no me canso de buscarte, no me importara arriesgarte 
si al final de esta aventura yo lograra conquistarte 
y he pintado a mi princesa en un cuadro imaginario 
le cantaba en el oído susurrando muy despacio 
tanto tiempo he naufragado y yo se que no fue en vano 
no he dejado de intentarlo, porque creo en los milagros. 

Sigo caminando en el desierto del deseo. 
tantas madrugadas me he perdido en el recuerdo, 
viviendo el desespero, 
muriendo en la tristeza por no haber cambiar ese destino. 
No puedo colmarte ni de joyas ni dinero, 
pero puedo darte un corazón que es verdadero 
mis alas en el viento necesitan de tus besos 
acompañame en el viaje que volar solo no puedo. 

Y sabes que eres la princesa de mis sueños encantados 
cuantas guerras he librado por tenerte aquí a mi lado 
no me canso de buscarte, no me importara arriesgarte 
si al final de esta aventura yo lograra conquistarte 
y he pintado a mi princesa en un cuadro imaginario 
le cantaba en el oído susurrando muy despacio 
tanto tiempo he naufragado y yo se que no fue en vano 
no he dejado de intentarlo, porque creo en los milagros.

Mientras él me cantaba estábamos parados, nos mirábamos a los ojos. ¡Era perfecto! Nunca me imaginé que iba a conocer a los gemelos, ni mucho menos que unos de ellos me cantaría una de mis canciones favoritas debajo de la luna llena.

- ¿Por qué sonríes tanto? - dijo al terminar la canción.

- Nunca imaginé que os conocería y mira ahora, cantándome que estabas.

Sonreímos y se acercó cada vez más y más. Mi corazón latía a mil, no sabía que hacer, estaba muy confundida. Nuestros labios se rozaron y... ¡Sentí que me pegaban! 

- ¡Despierta dormilona! - me dijo mi hermano y abrí los ojos de golpe.

- ¡Dejale, ahora tendrá dolor de cabeza! - dijo mi madre - Hija, ¿Estas bien? ¿Te acuerdas de algo?

¡Ahora sí estaba confundida! 

UN SUEÑO HECHO REALIDAD (GEMELIERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora