Capitulo 7: Mi futura casa

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-Eh princesa ¿Que pasa? - preguntó Jesús abrazándome.

Yo no paraba de llorar hasta que me calmaron y les expliqué lo que me habían dicho esos desgraciados.

- Como le pase algo a mi niña me muero - lloré.

- Llama a tu madre, puede que sea una broma ¡Si te acabas de mudar!

- Vale - dije secándome las lágrimas.

- Mamá...

- ¿Que pasa? ¿Estás llorando?

- ¿Y la Mimi? 

- Está conmigo en el sofá ¿Por?

- Me han llamado unos tíos diciendo que tienen a mi perra y... - no pude acabar la frase y reventé a llorar otra vez.

- Tranquila, la perra está aquí y está bien.

- Va-vale, adiós - tartamudeé y colgé.

- ¿Esta ahí? - preguntó Dani abrazándome.

- Sí.

- Entonces ¿Por qué lloras? 

- Porque ella es la que me alegra el día con solo verla un segundo. Ella es la que me despierta a lengüetazos por la mañana y me babosea toda la cara, la que está conmigo en las buenas y en las malas. Ella es la que sin hablar, me lo dice todo, la que me anima cuando estoy triste y si no lo consigue, se queda igualmente. Ella es mi niña y si le pasa algo ¡Me muero! - dije mientras se me caía la última lágrima.

- ¡Jo! Quiero conocer a tu niña - sonrió Dani y nos reímos.

- Es un cielo, pero creo que es imperativa ¡Se mueve mucho! - me quejé y ellos rieron de nuevo.

¿Mañana quedamos por la tarde? - preguntó Jesús cuando llegamos a la puerta de mi casa.

- ¡Claro! - sonreí.

- Bien, pues... ¿Te gustan los caballos?

- Encantar es poco - reí.

- Pues mañana vamos a montar a caballo.

- Yo no sé...

- Tranquila, eso tiene solución.

- ¿Cual? - dije girando de lado la cabeza.

- Ya verás - dijo Dani con una sonrisa picara de las suyas.

Nos dimos dos besos y un abrazo y cada uno fue a su casa, pero antes de entrar por la puerta, Jesús me llamó.

- ¡Teresa! Dame tu numero - sonreímos, me hacerqué y se lo di.

- Cuando quieras me haces saber tu numero que ahora si que llego tarde - me reí y me metí en casa.

- Hola preciosa Soy Jesús -me escribe en un WhatsApp.

- ¿Ya echándome de menos? - respondí junto a un icono sacando la lengua.

- Ya ves.

- Me lo he pasado genial con vosotros, sois geniales, me voy a cenar, adiós  - me despedí.

- Jo U.u , adiós - al leer eso una gran sonrisa se mostró en mi rostro.

Fui a cenar y le conté a mi madre que si Mikel Iglesias se podría quedar. No me puso ninguna pega y le di las gracias. Al terminar de cenar, fui a cotillear un poco el Facebook y el Twitter.

- Deseando que sea mañana - decía Jesús en un tweet.

¿Y si era por mi? o ¿y si no? ¿Le abré caído bien? Un montón de preguntas se colaron en mi cabeza pero al ver el tweet no pude evitar sonreír como una tonta.

UN SUEÑO HECHO REALIDAD (GEMELIERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora