◇Caperucito Lucas◇

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🐺 CAPITULO 10 🐺

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Al poco tiempo de haber aceptado la propuesta, Ness en un intento brusco me abrazó, no sabia con que sentido era su cometido ahora.

— Ness, sueltamé, solo quiero ir a casa de mi abuelo, deben estar con una preocupación exagerada.

— No creó que se molesten de que estes otro rato conmigo.

— ¡Basta! — Lo empujo.— Solo... Quiero ir a casa, tengo mucho que resolver.

— Bien, bien, como digas vamos yo te llevaré, eso si quieres, ¿me permites cortejarte a su humilde hogar caballero?.— Pregunto Ness en un tonó seductor.

— Me gustaria mucho decirte un "no".

— Pero...

— Ah..., Pero este lugar es inmenso y con tipos como el de hace rato me hizo sentir que yo... S~soy un debil.

— Si lo eres, pero eso es una cualidad por la que eres lindo. — Esbozó una sonrisa.

— No es gracioso.

— ¿De verdad?, Y porque tu cara se pone roja, no espera. —Aproxima su rostro muy apegado al mio sacando una conclución. — Es mas bien rosa, si un rosa muy notable, o acaso asi siempre se pone tu rostro con todos.

— ¿Eh?, N-no solo apartate ¿quieres?.

— Ya veo solo te pasa conmigo, debo ser muy bueno para ser mi primera vez.

— Callate.

Podria jurar que me timaba una de sus muy odiosas y malas bromas, pero sentia mi rostro diferente, en un sentido de arder metaforicamente, él tenia la razón, ¡Pero como!, porque ahora el hecho de que sus palabras tan bajas de un sujeto sin cordura alguna me hacian sentir de alguna forma elogiado.
Debe tratarse de una maldita fase, solo eso.

— ¡Solo llevamé a donde te dije!. —Me enojé.

— Bien, bien, que delicado eres, pero ya cambiare eso de ti.

— ¡Ya por favor!, deja de ser un engreido.

[…]

Al llegar, me senti un poco resentido de todos los problemas que les cause al Abuelo a Claus y quien sabe incluso a mis padres.
La entrada de la casa se encontraba abierta era la hora de enfrentar lo que me dirian, probablemente regaños y gritos.
Pero antes de asumir mis hechos no debia de estar cierto metichón metido en ello.

— ¿Qué?, acaso no podre entrar. — Me miro.

— Tienes que irte, no quiero que mi familia te vea nadie debe saber de... esto jamas.

— ¿Te vere mañana entonces?, Espera, porque digo esto se que vendras.

— Si...— Musite con desanimo.

— ¡Ah! Pequeño detallito más, te recomiendo que tampoco le digas a tu familia o amigos todo lo que viste de mi, porque creemé lo sabre y no te gustara lo que te haré si llega a pasar.