7;

185 21 7
                                    




Ya era sábado por la mañana y me encontraba listo para que Takafumi tocara la puerta de mi departamento para comenzar nuestra pequeña reunión. Él vendría en la tarde, ya que le dije que en la mañana estaría algo ocupado con unos asuntos, asuntos que obviamente tenían que ver con el pequeño castaño y descubrir por qué siento un aura misteriosa en él.

Al despertar hoy, recibí un alegre e inesperado regalo. Como cualquier otra persona, lo primero que uno hace en la mañana es revisar su celular. Excepto yo porque, como ya he dicho una y otra vez, rara vez me comunico con personas que no tienen que ver con mis estudios, por eso no veo a mi celular como una prioridad.

Sin embargo, cuando lo encendí para ver la hora, me di cuenta de que tenía una llamada perdida y dos mensajes nuevos, pero al no tener agregado ese número, aparecía como contacto desconocido. Lo primero que pensé fue "¿Quién demonios puede ser?", era extraño que una persona que no conozco me llame y me mande mensajes. Sin dudar ni un segundo, revisé lo que decía cada uno de los mensajes.

"Buenas noches, Takano-san. Por fin conseguí un nuevo celular, espero no perderlo de nuevo. Es bueno eso, ahora podremos comunicarnos más seguido. Gracias por ayudarme a estudiar ayer.

Nos vemos (☞゚∀゚)"  21:17

"Ah sí, por favor no pienses que conseguí tu número de formas ilegales. También gracias por tus apuntes, me sirvieron mucho."  21:18

Antes de precipitarme, guardé el número de Ritsu en mis contactos y después, con todo el derecho del mundo, tomé aire con fuerza y solté un suspiro de asombro. Me emocionó la idea de que Onodera me haya avisado tan pronto de su celular nuevo; claro que por otro lado me intriga un poco el cómo rayos consiguió mi número pero, supongo que se lo preguntaré en otro rato.

Y ese es el resumen de como mi día mejoró tan drásticamente. El recordar lo de esta mañana me hacía sonreír y odiaba eso, pero es inevitable el no hacerlo cuando tienes a un amigo algo adorable.

Volví de mis pensamientos a la vida real al notar un olor molesto en mi entorno. Medité unos segundos el qué podría ser y recordé que dejé cocinando algunos vegetales al vapor en la estufa y que seguramente su punto de cocción había pasado hace siglos. Corrí velozmente a la cocina y pude ver que grandes cantidades de humo salían de la olla con legumbres, tanto así que comenzé a toser.

  — Dios, Dios, Dios... ¡¿por qué soy tan idiota?!— me limité a gritarme.

Apagué la estufa y me coloqué un guante en la mano derecha, mientras que con la izquierda sostenía un trapo para limpiar. Tomé la olla, la cual aún teniendo protección en mis manos me quemaba, la dejé en el mesón y le quité la tapa para que el humo restante acabe de salir.

Cuando estaba por revisar que tanto arruiné la comida el timbre del departamento sonó. Resoplé esperando que no fuese un vecino quejándose del ruido o preguntándose por qué salía humo por la ventana de mi cocina. Me quité el guante que estaba usando y lo lancé por algún lado de la sala, para que finalmente habriese la puerta principal.

  — ¿Sí, diga?— pregunté fijando mi vista en la persona que estaba frente a mí— . ¿Takafumi...?

  — Imbécil, ¿qué está pasando allí dentro?— soltó reclamándome.

Giré mi torso y miré hacia atrás para pensar en qué responder. Volteé de nuevo para ver al Oso y dije:

— No sucede nada— afirmé seguro de mí palabra —, pero ¿qué haces tú aquí? Se suponía que vendrías a la hora del almuerzo— mencioné remarcando la palabra tú.

library ; sekaiichi hatsukoi || DESCONTINUADA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora