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Eran las 15:45, la hora en la que iniciaba el segundo descanso de las clases del Edificio B, y ese era un problema ya que los horarios de mi edificio eran diferentes, mi receso no chocaba con el de Ritsu. Opté por la mejor solución: saltarme la clase que tengo a esa hora. Soy el éxito, eres un orgullo para tu nación, Masamune. un vivo ejemplo de madurez. Lo había decidido, era ahora o nunca, hoy mismo tendría que conocerlo. Él tiene que conocerme.

Salí de mi salón antes de que la clase comenzará, me dirigí a la biblioteca donde Ritsu solía leer y entré como cualquier otro estudiante lo haría. Ahí estaba él. Sentado en una de las mesas del fondo completamente solo, con un libro diferente al de los días pasados. Me acerqué con la bibliotecaria y firmé la boleta donde pedía que escriba mi nombre y el libro que tomaré. Escogí uno al azar ya que eso era lo que menos importaba en ese momento. Le dí la boleta a la señora encargada y me senté a unas dos mesas de Ritsu.

De vez en cuando lo miraba de reojo para ver si se paraba de su asiento, o simplemente por ver que hacía. Cinco, diez, quince minutos y nada, él continuaba metido en su lectura y yo comenzaba a desesperarme. De repente noté que por fin Ritsu se levantó de su silla para comenzar a caminar al pasillo 1-4; despacio y en silencio comencé a seguirlo con total normalidad.

Al parecer, mi momento había llegado, el chico se quedó mirando una repisa algo alta para su estatura y dio unos brinquitos tratando de alcanzar un libro, gracioso y tierno es lo que yo pensaba en ese instante al mirarlo. Respiré y me acerqué a su lado, Ritsu me miró por unos segundos para después voltear la vista al libro, levanté mi brazo y tomé el texto que él quería leer.

— Ten — dije intentado no ponerme nervioso. Ritsu parecía confundido y yo solo esperaba no haberla regado.

— G-Gracias...—insinuó de forma silenciosa —, Takano-san.

¿Uh? ¿Cómo dijo, joven?

— De nada — manifiesté ahora igual de confundido que él —. ¿Cómo sabes mi apellido?

— Bueno, este... en el Edificio B, tu nombre suena bastante por estar entre las mejores calificaciones de la universidad— oh, olvidé mencionarlo. Al tener diplomas de la institución por presentar excelentes proyectos en mis clases, soy famoso hasta en el otro edificio. Ahora mismo sueno como un egocéntrico, pero es la verdad, aun así, no me interesa la popularidad, solo daña a la gente.

— Ah, está bien, puedes llamarme por mi nombre, si gustas— dije intentando sacar algún tema de conversación. Demonios, no puedo creer que me ponga así por alguien que no conozco.

— Prefiero no hacerlo por respeto, no somos conocidos, ni amigos— musitó con una risita nerviosa mirando al suelo por un instante—. Llamarte por t-tu apellido será mejor.

— Me gustaría ser tu amigo— propuse sin pensar. Es aquí cuando me di cuenta de que tal vez, solo tal vez, la he matado ¡seguro pensará que soy raro!

— ¿D-De verdad? ¡Eso me gustaría mucho!— sonrió de forma relajada y risueña al decir esto—. B-Bueno, es que no tengo demasiados amigos que digamos— y de nuevo volteó su mirada hacia el piso.

— Eso es algo que tenemos en común— reí—. ¿Ves? Ya estamos progresando como amigos.

Seguro parece ridículo que alguien con una reputación como la mía, a sus veinticinco años, tenga menos de cuatro amigos, solo unos compañeros de estudio y se ponga nervioso por estas cosas.

—Aún así, seguiré llamándote por tu apellido— pausó—.¡Oh, sí! Mi nombre es Ritsu Onodera, perdón por haberte molestado con que me ayudaras a alcanzar ese libro— mencionó el chico a mi lado mientras señalaba el texto, un poco avergonzado. Vaya, es la primera vez que lo miro con esa expresión tímida, es gracioso y tierno porque luce como un niño cuando matan su orgullo.

— No tienes que preocuparte por eso, cualquiera lo hubiera hecho— dije indiferente pero con una mirada que ofrecía confianza. Confianza que le estoy ofreciendo sólo a él—.Sobre tu nombre, yo también te llamaré por tu apellido, pero solo para estar a mano ¿De acuerdo, Onodera?

— Esta bien y, gracias de nuevo— pausó—. Takano-san.

¿Quién lo diría? Triunfé intensamente, excepto por el hecho de que fui multado por faltar a esa clase, pero al ser la primera vez que lo hacía mi profesor se sorprendió, aunque no le tomó mucha importancia, sólo que ahora estoy copiando una clase entera en mi cuaderno a las 2:15, en plena madrugada. Sin embargo, valió la pena y no me arrepiento, por fin comenzaré a ser alguien en la vida de Ritsu.

Puede ser que esta sea la forma más pacífica de haberme hecho conocer a ese chico, y pronto haré que esté perdido por mí, así como yo por él. Sé pocas cosas del castaño, algunos de sus gustos, las expresiones que hace al estar inquieto, los lindos gestos, su aspecto y cómo le gusta vestir, simplemente cada cosa nueva que descubro me hace sentir que estoy más cerca de él.

Me desperté como todas las mañanas para ir a la universidad, quitando el hecho de que estaba ansioso por ver a Ritsu y no sólo mirarlo desde un asiento, hoy podré acercarme a él sin parecer un acosador. Parece que me levanté de buen humor.

Eran las 6:30, estaba sentado en una banca de la estación esperando a que mi tren llegase. Para matar el tiempo me puse mis audífonos y escogí un álbum de música cualquiera, miraba de un lado a otro pensando a qué hora llegaría Ritsu o qué cosas haría en la mañana, dejándome llevar por mis ideas.

≪El tren Akami está por llegar a la estación, por favor manténgase detrás de la línea amarilla mientras se acerca.≫

Cuando terminé de escuchar eso, una multitud de personas aparecieron de no-sé-donde para subir o dirigirse a quién sabe qué lugar. Entre esa cantidad de gente por fin pude localizar a Ritsu, se veía igual que el resto de días, tranquilo, con sueño y cansancio. Normal en un universitario cualquiera, sobre todo gracias a los profesores.

El tren llegó y entré después que él, sólo que por otra puerta. Apenas estuve dentro miré por todos los lugares posibles hasta que lo vi sentado sacando un libro de su bolso, típico de su rutina.

"Vamos Masamune, es tu momento de brillar". Pensé.

Me acerqué a él. Cuando ya me puse de su lado, despacio toqué su hombro izquierdo para no asustarlo, llamando así su atención haciendo que se volteara.

— Buenos día, Onodera— saludé naturalmente con una media sonrisa.

—Buenos días, senpai.

CAPÍTULO DOS, JÓVENES ( ͡~ ͜ʖ ͡°)

Si todo marcha bien, estaré actualizando cada domingo, vamos con to'.

Espero no ir muy rápido con la historia, ni cambiar la actitud original que Nakamura le dio a los personajes, suele pasar.
En fin, gracias por leer.
- stxkess

library ; sekaiichi hatsukoi || DESCONTINUADA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora