10. Es tiempo de llorar.

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Estaban en el mismo lugar. Mismo lapso. Misma espacialidad. No solo eso. No. Costia estaba mirándolas sin enterarse lo más mínimo de lo que sucedía. Lexa, estaba furiosa, ¿es qué acaso no sabía que la persona con la que ahora salía estaba casada? ¿No sabía que tenía compromisos y más de los que podía siquiera imaginar? ¿Si quiera Clarke le había hablado de su vida?

Lexa, estaba segura de que Costia no conocía la parte de la historia en la que ellas habían tenido algo más allá de una amistad, porque de lo contrario no las había presentado. ¿Sería alguna de las tantas tretas de Clarke? La había llegado a conocer muy bien en el pasado y estaba segura, pondría las manos en el fuego o apostaría lo que sea, de que Clarke sería capaz de todo con tal de conseguir lo que quería. El problema en ese mismo instante, estaba en que, Clarke la miraba con autentico terror. Parecía sorprendida y fuese un jueguecillo o no, tendría que quedarse a averiguarlo. No por Clarke, sino por Costia. Si estaban saliendo tendría que ahondar lo suficiente y no permitir que Costia sufriera a manos de un ser tan vil como "la Griffin", ese era el Nickname que le había asignado Víctor para referirse despectivamente a ella.

Por su lado Clarke no salía de su asombro. ¿Qué hacer? En un primer momento deseó salir huyendo del lugar en cuanto confirmó sus sospechas de que "la" Lexa de Costia era "su" Lexa. Nadie más ni nadie menos que Alexandría Woods. ¿En qué clase de mundo vivían? Y se le hacía egoísta ver a Lexa como una especie de propiedad y en su mente se maquinaba el "¿de quién es...?" que la hacia sentir incomoda. Lexa la estaba mirando, con tal furia que sentía que la quemaba internamente. Iba a morir de combustión instantánea y cuando preguntasen de que había muerto la mujer llamada Clarke Griffin dirían: Los errores de su pasado le estaban provocando una arritmia y cuando estuvo a punto de sufrir un fatal infarto una mirada verde inquisidora la calcinó por dentro.

Todo parecía una mal telenovela, de esas que su madre veía en las mañanas. En alguna ocasión, después de haber hecho el amor con Lexa y, a esta se le había hecho muy tarde para presentarse a clases, se habían quedado viendo la franja mañanera de algún canal local y empezaron a criticar las pésimas actuaciones de los personajes. Lexa se había levantado completamente desnuda y había empezado a imitar a la protagonista la cual lloraba en cada escena, pero sin presencia de lágrimas. Lexa hacía gestos muy dramáticos, hasta que se animó, ella misma, a imitar al galán de la historia. Era uno de los mejores recuerdos que había atesorado de Lexa. Es mañana había reído hasta quedar sin aire.

Pero sabía que, en ese instante, no era propio recordar esos momentos. La misma mujer que tanto la había amado ese día, la estaba matando en el presente con la mirada.

¿Costia estaba hablando? ¿De qué hablaba? Ninguna de las dos le había prestado mucha atención a la mujer.

Costia estaba embobada mirando a Lexa. Transpiraba amor hacía ella. Y Clarke... se sentía celosa. Y más en ese instante en el que Lexa ya no le estaba regalando su mirada a ella sino que la dirigía hacia Costia. ¿Por qué le sonreía a ella con tanto cariño? '¡Mírame a mí, así sea para apuñalarme con la mirada!'

Y es que era irónico. Había aceptado ir a ese desayuno para hacer que la exnovia de Costia se sintiese celosa, no para que la única celosa allí fuera ella. ¿Exactamente por qué lo había hecho?, no tenía una respuesta apropiada para ello. Lo único que sabía era que la mujer le había agradado, y mucho, por eso se había prestado para ello. Pensó en algún momento que sería una especie de acción social que haría: devolverle la felicidad a alguien prácticamente desconocido.

Sin embargo, ya no le agradaba demasiado la idea.

Era verdad que quería encontrar algún momento para hablar con Lexa, volverla a ver, mantener una conversación lo más cordial posible y quizás, solo quizás, ser... ¿amigas? Eso no lo sabía, lo único de lo que tenía certeza era que quería a Lexa de nuevo en su vida, pero esta no deseaba lo mismo. ¿Ya qué más daba? Lexa la odiaba y ella sentía lo mismo que cuando la había visto por última vez: un amor arrebatador.

Our favourite song. (Clexa AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora