Capítulo VI

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Janick se movió por la habitación mientras retorcía los bordes de su ropa con sus manos.

Su mente vagaba entre la prueba que debía hacer en unas horas y lo que había sucedido la noche anterior.

Por un día a Janick le gustaría poder entender a Chase. Pasaba de burlarse de él a tratarlo amablemente, luego lo evitaba y después lo tocaba apasionadamente.

Janick sacudió la cabeza sintiendo sus mejillas arder, y otras partes de su cuerpo...

"¿Pero qué estoy pensando? ¡Dioses! No puedo estar pensando en eso, no ahora, debo concentrarme en la prueba"

—¿Nervioso? — Glenn asomó su cabeza por la puerta.

Janick asintió y se dejó caer en la cama, ahora su pierna se movía inquieta.

Glenn entró y se sentó a su lado.

— ¿Crees que esto realmente resulte?

— Claro que lo creo, hemos averiguado en qué consta, y sabemos cómo superarlas, todo va a salir bien, hay que ser positivo.

— Lo intento.

— Por cierto, ¿Dónde está Corey? Es raro no verlo aquí contigo.

— Dijo que vendría luego. Tiene papeles pendientes que firmar.

— Perfecto—Glenn dio una sonrisa torcida y Janick sabía que lo que venía no era algo cómodo—. ¿Sabes? Ayer en la noche me enteré de algo muy interesante que pasó en este cuarto entre tú y Chase.

Janick sintió el calor nuevamente en sus mejillas.

"¡Dioses, esto es vergonzoso! ¿Quién más lo sabe?"

— ¿Quién lo dijo?

— Un muy enojado Corey.

— ¿Muy enojado? — No pudo evitar mirarlo confundido, Corey había actuado completamente normal en la mañana cuando le recordó por enésima vez lo que habían averiguado de las pruebas.

— Muy, pero muy enojado— Glenn debió ver su cara de preocupación ya que se apresuró a decir—. Tú sabes cómo es él, se preocupa por ti más que nadie.

— Corey se ha estado enfadando mucho últimamente.

—No es contigo— Una mirada extraña pasó por el rostro de Glenn, pero se apresuró a desviar la vista impidiéndole leer sus ojos. Cuando volvió a verlo ya no había ni rastro de esa mirada y el menor temió que sus nervios estuvieran haciéndole imaginar cosas—. No le digas a Corey, pero para mí también es difícil saber que si esto sale bien desde mañana ya no te veremos aquí, pero tanto como es difícil sé que es necesario-Y luego dio nuevamente una sonrisa torcida-. Y hasta donde me entere no lo pasarás mal.

— ¡Glenn! —Janick le dio un pequeño empujón, pero Glenn lo atrapó en un abrazo.

—Vamos, eres un hombre, no hay nada malo en aceptarlo, en realidad ya era hora.

— No es como si Chase me quisiera ¿Bien?

Glenn dejó de reír un momento.

—Yo no diría eso, no aún por lo menos, digo, hizo lo que hizo porque quería, y está ayudando por su propia voluntad, nadie lo ha obligado a nada.

—Es porque es amigo de Corey.

—Sí, sí, serán amigos, pero la mitad del tiempo se pelean...—Glenn pensó un momento antes de seguir hablando:

— Hace tiempo papá me dijo que muchas veces Chase se negó a ayudarnos, diciendo que no quería inmiscuirse en problemas de otros reinos, ayudaba en pequeñas cosas... ¿Adivina en cuáles?— Janick se alejó del abrazo para poder mirarlo y Glenn sonrió—. Todas en las que tú estabas de por medio, el derecho a tierra del Oeste donde crecen tus adoradas moras, los libros que querías que creímos imposibles conseguir, incluso un contrato con el barco que importa los libros que te gustan, todo es gracias al reino de Arysta y por ayuda de Chase.

Mi amado y odioso esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora