Capítulo XII

286 34 4
                                    

Loick sabía que se había equivocado. 

Jamás se imaginó estar tras las rejas, era cuidadoso, no debería existir alguna prueba que pudiera incriminarlo. 

Cuando lo apresaron estaba enfadado, demasiado, y cuando lo hicieron hablar frente al péndulo y el maldito péndulo no giró, debido a sus mentiras, perdió el control. Había amenazado a los ancianos, les había gritado que se arrepentirán, que sufrirían por irse contra él. Y claro que en ese momento el péndulo si giró antes sus amenazadas. 

Iba a deshacerse de esa cosa. 

— Te quedarás aquí hasta que determinemos tu castigo— Dijo Melitón y lo empujó con rudeza en la celda. 

Loick pensó en golpearlo, pero no quería arruinar más las cosas. Pensó en gritar, pero eso sería indigno, así que se arregló la ropa y caminó al medio de la celda para sentarse en el pequeño catre que había allí. 

Debía mostrarse tranquilo, el que nada hace nada teme, incluso si el péndulo lo condenaba, él no pensaba demostrar culpa de algo. Guardó su rabia y no pudo evitar sonreír cuando vio a Melitón y su anciana amiga, Haydee, mirarlo con molestia.

— Señor Melitón, señora Haydee, ambos sabemos que mi castigo no durará mucho tiempo, fue un error, entenderán este malentendido pronto.

— ¿Crees que puedes burlarte del consejo de ancianos?— Gritó Melitón enfadado—. Tenemos el testimonio en su contra y el péndulo ha mostrado la verd-

— ¡Melitón!— Haydee lo calló demasiado tarde.

Loick sonrió.

— Oh, oh, esto es una sorpresa ¿Con que un testimonio en mi contra, uh?

Melitón gruñó al darse cuenta de lo que había hecho, y Haydee suspiro.

— Príncipe Loick, creo que sabe a quién se refieren, y le daré esta advertencia solo una vez, póngale una mano encima a él o a alguien cercano y yo misma me asegurare de mantenerlo aquí hasta que no sea más que huesos.

Loick sonrió, ignorándolos, ya sabía lo que quería, no los necesitaba. 

Los ancianos se fueron al darse cuenta que Loick no diría nada más. 

Lo sé, fue mi pequeño luchador, otra vez me sorprende”

No era una linda sorpresa, pero para Loick no dejaba de ser extrañamente agradable, era un pequeño error de cálculo, inesperado, pero no incorregible. Janick lograba anular sus planes y los ponía de cabeza. 

Nadie había logrado tenerlo en una celda o con una espada en su cuello. Le gustaban esas contradicciones de su ángel. 

Era impredecible, era alguien de quien no se aburriría, del que nunca se cansaría.

Pero la sonrisa se borró cuando vio el polvo acumulado en el suelo y el musgo en las paredes.

Por mucho que te deseo, esto tendrá que tener un castigo, pequeño… Me asegurare de pensar uno muy bueno para ti”

Pensar en matar a los ancianos podría esperar, primero debía pensar en cómo salir de aquí e ir a castigar a su pequeña y dulce caja de sorpresa preguntándose qué otras cosas tendría dentro esperando por él.

Estaba ansioso por descubrirlas, por verlas, iba a sacar cada una de ellas, aunque fuera a la fuerza.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

Darrell tuvo que pedir que le repitieran la noticia al menos cuatro veces antes de que su mente pudiera procesarla correctamente: El señor Loick estaba bajo arresto, sólo después del mes se sabría su castigo definitivo, cuando acabara la investigación y terminarán de reunir más pruebas contra él.

Mi amado y odioso esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora