Mi amado y odioso esposo

Capítulo VII

Su señor, Loick golpeteo la mesa con los dedos, mirando el papel que certificaba el permiso de matrimonio entre los príncipes Janick y Chase.

— ¡Prepara los caballos!— Gritó a un sirviente mientras se ponía de pie de forma repentina.

—Sí, señor— El hombre salió rápidamente a cumplir la orden.

— ¿Qué planea, señor?—Preguntó Darrell, no era como si quisiera saberlo, en realidad le gustaría encerrarse en su cuarto y no saber ningún cruel plan de su señor, pero tenía que cumplir su deber.

—Una visita a mi futuro esposo—Respondió Loick en un tono sereno y hasta contento, algo que hacía que su cuerpo se crispara.

—Ni siquiera hay compromiso, señor—Murmuró en un tono de disgusto, intentando detener sus pensamientos sin mucho éxito.

«No creo que exista alguien quiera casarse con un hombre como usted»

Calló el pensamiento en el fondo de su mente, su deber era obedecer y proteger a su señor, el Rey Theo se lo había ordenado.

—Lo habrá, lo habrá, solo debo impedir esta boda, lo convenceré, Janick, el es... influenciable—El tono de Loick remarcó la última palabra con una sonrisa torcida que se veía muy mal en su rostro.

Darrell asintió solemne.

—Lo acompaño.

No quería, pero era su deber.

—Por supuesto—Loick tomó su chaqueta—. Vamos a dar nuestras felicidades.

Darrell lo siguió, sabiendo que el famoso Janick y cualquier persona, lo que menos necesitaban eran las felicitaciones de su señor.

A pesar de sus pensamientos, murmuró:

—Entiendo.

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Janick estiró sus brazos y dio una vuelta frente al espejo, y luego otra y otra. El traje era tan incómodo, tenía muchos más detalles que su traje de mayoría de edad, pero por muy incómodo que fuera tenía que reconocerlo, ahora sí se veía bien.

— ¿Qué tal el traje?—Preguntó Corey desde una esquina—. Tuvimos que hacerlo rápido, lamento que sea incómodo, pero era el mejor.

Janick asintió dando otra vuelta y luego miró a su hermano, Corey había estado extraño y eso lo ponía inquieto.

— ¿Crees que algo va a resultar mal? — Preguntó preocupado.

—No, no lo creo, ya tienen el permiso ¿Por qué lo dices?

Janick se acercó a su hermano y lo abrazó.

—Estás raro.

Corey lo abrazó de vuelta y besó la cima de su cabeza.

—Tengo sueño, y estoy un poquito preocupado, solo es eso, no creo que nada vaya a salir mal—Luego lo miró y sonrió, por fin—. ¿Estás preocupado por Loick?

—Un poco...

—Habrá muchos guardias.

—Si...pero no podemos prohibirle la entrada.

—Pero si podemos prohibirle que haga algo innecesario.

—Uh—hu.

Corey tomó su mano y lo guió a la cama, sentándolo y poniéndose a su lado, entonces lo vio directamente a los ojos.

—Tienes que estar tranquilo, nada malo va a pasar, yo estaré allí, Glenn estará allí, Chase estará allí, y ni hablar de una tonelada de guardias, nadie permitirá que te haga algo ¿Está bien?