Capítulo X

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«—Vamos a manipular las palabras— Dijo su hermana con una sonrisa traviesa.

Era segunda vez que lo decía, ahora estaban todos presentes, Corey y Glenn se habían unido a ellos, como se esperaba de ellos se habían apresurado a ayudar a su querido hermano apenas supieron que habría un tribunal debido a Loick.

Chase evitó una frase corta por puro instinto protector de los golpes de su hermana, así que cerró la boca mientras pensaba que urgentemente debía ir a hablar con la cocinera para saber que le había puesto a la comida, solo esperaba que el mimoso no fuera afectado.

Corey y Glenn también parecían muy confundidos, Corey sobre todo, entre enojado por la situación y muy cansado parecía retener las palabras por puro respeto a la “Reina”

Mathis era el único que sonreía como si supiera que planeaba su hermana, no le sorprendía, ambos se conocían demasiado bien, estaban igual de locos.

Janick parecía concentrado como intentando entender lo que Ayleen decía, Chase creía que eso era imposible, pero inesperadamente el rostro de Janick se iluminó.

— ¡Ah! ¡Manipularlas, tiene sentido!— Janick sonreía contento, como si hubiera encontrado la llave del cofre del tesoro.

—Exacto— Ayleen le sonrió, feliz de que alguien además de su esposo la entendiera, miró a Chase como si esperara que su hermano también entendiera lo que sea que había que entender.

Chase se encogió de hombros y miró a su alrededor, se alegró de ver a Corey Glenn igual de confundidos que él.

Ayleen suspiró dramáticamente.

—Su generación es un poco lenta ¿Verdad?— Miró de Chase a Corey deteniéndose un tiempo en Glenn que era un poco más joven y volvió a suspirar, luego se giró hacia Janick.

—Antes de explicar más necesito que Janick confiese algo importante ¡Confiesa!— Su mirada era seria, demasiado y Chase temió que el mimoso se asustara.

Janick la miró un momento, como intentando saber a qué se refería, vio los ojos del mimoso brillar cuando supo lo Ayleen quería, tomó una bocada de aire, y luego los miró con una mirada de niño pequeño a punto de decir algo que merece un castigo.

—Ayer comencé una relación en el salón con el Rey Mathis—Bajo la mirada avergonzado.

Chase sintió que sus piernas le fallaban. Esperaba cualquier cosa menos eso.

Corey Glenn abrieron la boca casi teatralmente procesando las palabras.

— ¡Janick! ¿Hiciste qué?— Corey gritó de repente— ¡Es el rey!

— Lo sé, no pude evitarlo— Janick se encogió de hombros y bajó la mirada luciendo arrepentido.

— Oh, dioses, esto es influencia mía ¿verdad?— Glenn tironeó un poco el pelo— Mamá y papá van a matarme cuando se enteren, me dijeron que podía ser una mala influencia y nunca les creí.

Chase evitó mirar al esposo de su hermana porque temía golpearlo, y evitó mirar a su hermana temiendo viéndola herida.

Entre la confusión, la rabia y un poco de dolor logró procesar bien la frase.

— ¡Espera! Eso es imposible, nunca te quedaste a solas con él, ayer recién llegaste al castillo ¡Si el rey estaba contigo yo o mi hermana estábamos contigo también y conmigo presente no pasó nada!

—Fue en mi presencia— Ayleen dio otro suspiro dramático— Yo lo vi todo.

— ¡¿Que tú, qué?! ¿Y no se te ocurrió detenerlos?

Mi amado y odioso esposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora