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Blair

—Tu erres mmi amiigo fffiel... ¡Tu erress mmi ammiigoo fieeeeel!

Si no se calla, yo lo haré callar con gusto.

Respiré y exhalé del mismo modo como venía haciendo desde que Fred y yo trajimos como pudimos a Robert que era un peso muerto al auto.

Venía hablando incoherencias, cantando de una manera nefasta y cada vez no aguantaba estar más en ese auto; quería salir corriendo por la ventana, llegar a mi casa y ver únicamente a mi cama.

—Oyeee Fred —acercó su cabeza entre el asiento de Fred y donde yo estaba sentada que era el copiloto. Me miró—, buena jugada mi amigo, aunque...

—Robert, cállate. Estás ebrio.

El susodicho volvió a su asiento levantando las manos en señal de inocencia, con una sonrisa para nada agradable.

Y si señores, mi cara era una fiesta de colores. Contaba los segundos que faltaban para llegar a mi casa.

Hasta esta mañana había tenido unas expectativas muy altas para esta noche, e incluso llegué a pensar que tan solo quizás se cumpliría una mis tantas fantasías adolescentes sin soñar o tener algún tipo de alucinación despierta que me asegurara un cupo especial al psiquiatra.

Mi primera cita había sido un fracaso.

Y eso lo confirmé hasta que crucé el umbral de mi habitación.

***

—¿Y apareció quién?

—Un jugador de fútbol americano más parecido a un neandertal.

Una carcajada llena de diversión se escuchó por los altavoces.

Si en cuanto se necesitaba una persona para poder hablar y explayarte lo que fuese necesario, Shay era la perfecta para aquel papel; pero, siempre y cuando soportes sus chistes malos y sarcasmo a la hora de darte un consejo.

Hubiera preferido charlar un poco sobre esto con Thomas, él siempre sabia decir las palabras precisas en los momentos precisos, algo así como la voz de mi conciencia, menos agresiva y varonil. Pero, cada vez que le marcaba a su teléfono me mandaba directo al buzón de voz, lo cual decía que estaba apagado.

Ya, dime la verdad.

—¿Qué otra verdad quieres escuchar? —pregunté—, Finnegan es un deportista con un físico de envidia, pero con una mentalidad que dan ganas de salir huyendo.

Suspiró derrotada.

—Bueno, prosigue.

Y así nos pasamos la gran parte de lo que quedaba de mi tan arruinada noche, hablando de todo lo qué pasó, proyectándonos en lo bueno que saque de aquella cita y lo que aprendí sobre mi ilusión adolescente.

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2017 ⏰

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Sujétame muy fuerte [AG #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora