06

140 11 6
                                    

Blair

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Blair

—Es ahora cuando me explicas a donde me llevas —comenta con un bostezo a mi lado, un somnoliento Thomas.

Disminuyo la velocidad de mis pasos y me ajusto las mangas de mi camisa hasta que estas se topan con mis codos. Regreso mi vista a Thom que espera una respuesta alzando ambas cejas. Meneo la cabeza mientras estoy inventando una buena excusa del por qué nos encontramos camino a una pizzería. 

—Quería comer una pizza—encogí los hombros desviando mis ojos de él y observar mis pies. No quería delatarme aún—, Y me sentiré culpable comiendo sola.

Thomas se ubicó frente a mí caminando de espaldas, instintivamente levante mi mirada temiendo que haya descubierto que es mentira. Él me observaba aburrido.

—Ya cené y creo que tu también —dice levantando una ceja—, Escúchame Blair, eres pésima mintiendo. Solo dime que pasa y no me molestaré.

Apreté mis labios, dejé de caminar, llevé ambas manos a mi rostro y me permití gritar desahogándome mientras daba pequeños saltitos. Mi acción podría ser catalogada como la más infantil, pero era la única manera de reunir fuerzas y contarle mi plan a Thomas.

Bajé mis manos, acomodé mi cabello detrás de mis orejas y me digné a hablar:

—Fred va a esa pizzería todos los viernes con sus amigos —observé mis manos que se movían nerviosas—, Y... no quería ir sola —dije apretando mis dientes. 

Ya veía venir como me decía que estaba completamente loca, y si, creo que si estaba algo loca, pero el aburrimiento sobrepasaba mis límites un viernes por la noche. Además de que tuve que rogarle a mi madre para poder salir, no sin antes advertirme que tenía que llegar antes del horario prometido.

Thomas soltó una ligera risa, lo miré in poco confundida y colocó sus manos sobre mis hombros.

—Me parece algo descabellado, pero para eso estamos los amigos ¿no? —habló con una sonrisa ladina. Asentí un poco más aliviada y él pasó un brazo detrás de mi cabeza sobre mis hombros mientras reía—, sigamos caminando niña psicópata.

—No soy una psicópata —reclamé con una ligera vergüenza.

Mis intenciones no son para nada malas o que vayan contra la integridad de alguna persona —en este caso la de Fred—, solo soy una tímida chica que quiere estar cerca de su platónico sin que este se de cuenta.

—Okey, te creo —dijo un poco burlón mientras seguíamos caminando para llegar al paradero donde tomaríamos un bus que nos llevaba a la pizzería—, No me negaré a acompañarte, pero algún día tendrás que devolverme el favor.

—Esta bien... interesado —dije en un susurro, remalcando la ultima palabra. La cual sabía que él escucharía perfectamente. Además no tenía alternativa para decirle que no. Sentí su cuerpo vibrar lo que significaba que estaba riendo.

Sujétame muy fuerte [AG #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora