Aftermath

5

Cuando Jem se despidió de Will y fue al aparcamiento, su hermano no estaba por ningún lado. Cogió su móvil para llamarle pero vio que le había mandado un mensaje que decía que había vuelto a casa. Suspiró, guardó el móvil y subió al coche.

Cuando llegó a casa, subió las escaleras y fue a su habitación. Dio un brinco por la sorpresa al ver que Adam estaba sentado en su cama, mirándole muy serio.

- Adam, me has asustado. -Gruñó el mayor de los hermanos mientras cerraba la puerta y se apoyaba en la pared. - ¿Qué haces aquí?

- ¿Cuándo ibas a decirme que eras gay? -Fue lo que dijo Adam, dejando perplejo a Jem.

El chico se sonrojó y miró al suelo antes de volver a mirar a su hermano y responder:

- No soy gay.

- Muy bien, cambiaré la pregunta, ¿cuándo ibas a decirme que te iban los tíos?

- No... -Jem se quedó callado. No me gustan. Sólo tenía que decir eso, ¿por qué no le salían las palabras? Se quedó callado un largo rato debido a lo confuso que estaba en ese momento. Y entonces se dio cuenta de algo. -¿Por qué me estás preguntando esto?

- Tommy me dijo que os vio a ti y ese tal Will besándoos en el pasillo y también me dijo que te había presentado como su novio.

- No es mi novio. -Aclaró Jem.

- ¿No? ¿Entonces Tommy me ha mentido? -Replicó Adam con un ligero tono de enfado en la voz.

- Ha sido Will quien ha mentido. -Jem suspiró, se acercó a la cama y se sentó junto a Adam. -Tommy es su mejor amigo, y por alguna razón le afectó mucho que no le hubiera dicho que era bisexual. Por eso decidió hacerle lo mismo y por eso fingió que éramos pareja.

Adam le miró algo confuso pero ya no parecía enfadado.

- Pero ese plan es absurdo, estando en el mismo instituto vais a coincidir demasiado, no se creerá demasiado tiempo que estáis saliendo.

- Lo sé. Fingiremos cuando Tommy esté delante durante unas semanas y luego haremos como que hemos roto. No se lo digas a Tommy por favor, se supone que no podía contártelo. -Pidió Jem mirando fijamente a su hermano.

Adam le sonrió.

- No diré nada. No puedo creer que hayas aceptado hacer eso por alguien que acabas de conocer, no es propio de ti, ¿no será que sí que te gusta ese chico?

Jem se puso rojo al instante y le dio un puñetazo suave en el hombro.

- ¡Cállate y cuéntame cómo es que ya tienes novio el primer día de clases!

Adam rió por la reacción de su hermano y luego se puso serio. Jem le vio un brillo de alegría en los ojos que no le había visto nunca.

- No estás en posición de preguntar eso. -Dijo Adam sonriendo y se ganó otro puñetazo y una mirada asesina por parte de su hermano. -Vale, vale. En realidad ya nos conocíamos. Empezamos a hablar a comienzos del verano a través de Instagram. Nos gusta el mismo tipo de música y ya pudiste comprobar por su ropa que su estilo es parecido al mío. Tenemos muchas cosas en común y cuando me enteré de que se iba a mudar y vendría a este instituto me alegré muchísimo. Por eso tenía tantas de ganas de llegar a clase, quería verle. -Mientras hablaba, Adam sonreía como nunca y Jem se sintió feliz de ver a su hermanito tan contento.

- Vaya. Me alegro mucho por ti, Adam. -Dijo Jem con una sonrisa.

- Sí, yo también. -El pequeño rió un poco y se levantó de la cama. -Tengo que irme, le prometí a Tommy que le llamaría.

- Claro, ve. Yo prepararé mis cosas para mañana e intentaré hacerme un peinado que tape mis sonrojos cuando tenga que fingir con Will. -Dijo Jem y rió, aunque en realidad estaba demasiado nervioso.

Adam asintió y fue hacia la puerta. Antes de salir se giró de nuevo y miró a Jem con una solemne expresión.

- Jem, ¿estás seguro de que no te gustan los tíos? -La pregunta cogió de imprevisto al chico, que se puso rojo y abrió mucho los ojos.

Pensó en decir lo más sensato. Sí, claro, estoy seguro. Pero una parte de él le decía que eso no era cierto. Y seguramente tenía razón. Podía mentirle, pero siempre había sido sincero con su hermano. Él era probablemente el único que podría entenderle y darle consejo.

- No estoy seguro de nada, Adam. -Admitió en un susurro.

Su hermano asintió comprensivo y le dedicó una sonrisa.

- Si necesitas hablar, intentaré ayudarte. -Dijo y salió de la habitación, dejando a Jem tumbado en la cama, mirando al techo y dándose cuenta de la variabilidad de los sentimientos. En un momento, una persona, un gesto, podían cambiar todo lo que creía verdadero. Y eso le aterraba.