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Después de aquella tarde en la que Jem le había contado el peor momento de su vida, habían pasado muchas más tardes juntos. La mayoría de ellas estudiando, otras sólo hablaban de cualquier cosa o Jem tocaba el violín mientras Will leía. El moreno se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba oír la música del violín mientras leía alguno de sus libros favoritos.

Había pasado casi un mes desde que Will y Tommy se habían peleado. Jem evitaba hablar con su hermano sobre el tema y Will pasaba todo el tiempo con Jem. Este le recogía por las mañanas para ir a clase ya que Adam se iba con Tommy y así evitaba encontrárselo en el camino. Más o menos dos semanas atrás, Tommy había desistido en sus intentos por hacer que Will entrara en razón y hablara con él y la única vez que Jem había intentado que Will cambiara de opinión, este le había gritado y se había ido de la casa dando un portazo. El enfado de Will no tenía justificación aparente y Jem cada vez tenía más curiosidad por saber el motivo, pero estaba claro que no podía preguntarle, y a juzgar por el desconcierto de Tommy, él tampoco sabía la razón. Sin duda, William Herondale guardaba más de un secreto y no parecía dispuesto a dejárselos saber a nadie.

Era viernes y se suponía que iban a quedarse en casa de Jem a repasar matemáticas pero ese día Will dejó la mochila sobre la cama y empezó a rebuscar en el armario de Jem.

- ¿Qué haces? -Preguntó este al verle.

- Buscarte ropa decente.

- ¿Perdona?

- No pensarás ir a una fiesta vestido con una sudadera desteñida y pantalones de chándal, ¿no?

- ¿Fiesta? ¿qué fiesta, Will? -Exclamó alterado.

- A la que vamos a ir esta noche. -Dijo Will tranquilo y sacó un par de prendas del armario. -Toma, ponte esto. -Le lanzó una camisa sencilla blanca, unos vaqueros negros y una chaqueta de cuero.

- William. No voy a ir a ninguna fiesta. -Aseguró Jem mirando la ropa y al chico de forma alternativa.

- Sí que vas a ir. No seas pesado y vístete. Y piensa una excusa para cuando tu madre vuelva y vea que no estás. -Will sonrió divertido y se acercó a coger su mochila.

- Mi madre sigue en otra ciudad... por trabajo... no volverá hasta el domingo, pero... -Tartamudeó Jem.

- Eso es genial, nada de peros y vámonos.

Will sacó una camisa negra de su mochila y se quitó la que llevaba puesta para cambiarse. Jem tardó demasiado en reaccionar y apartar la mirada por lo que Will se dio cuenta y le sonrió provocando que se sonrojara.

Era imposible discutir con Will así que se metió en el baño y se puso la ropa. Cuando salió del baño, Will ya estaba en la puerta de la habitación esperando por él.

- ¿Me dirás al menos a dónde vamos?

- Claro, a casa de Magnus Bane. Sus fiestas tienen fama de ser las mejores. -Jem se preguntó cómo es que Will conocía a Magnus si se acababa de mudar y no compartían ninguna clase.

- ¿Y tú cómo sabes eso? -Quiso saber mientras se subía al coche.

- En cuestión de fiestas, estoy bien informado. -Will sonrió y se subió también.

Jem arrancó y le pidió a Will la dirección. Quince minutos después, aparcaron frente una casa enorme que estaba decorada con un montón de luces de colores que empezaban a brillar conforme el sol se ocultaba.

Will se bajó de un salto y esperó a Jem junto a la entrada.

- ¿Cuánto piensas quedarte aquí?

- Oh, mi inocente y tierno Jem, las fiestas no tienen hora límite. -Y tras decir eso le tomó de la mano y entró en la casa.

Ya había un montón de gente y la música estaba bastante alta, aunque eso a Jem no le molestaba ya que le encantaba oír música.

- Ven. -Dijo Will gritando para hacerse oír.

Jem le siguió hasta la cocina y rechazó varias veces a Will cuando este le ofreció algo de beber.

- No seas aburrido. -Dijo Will dando un sorbo a su segunda cerveza.

- Quizás más tarde. -Murmuró Jem algo incómodo. Las fiestas no eran algo que le apasionara.

- Vale. -Se encogió de hombros y se terminó la cerveza.

- William Herondale. -Dijo una voz a su espalda. -Veo que te has informado sobre mi reputación. -Ambos se dieron la vuelta y vieron a un chico alto, con rasgos asiáticos, cubierto de purpurina y con la camisa abierta dejando ver su abdomen.

- Magnus, un placer conocerte. Y sí, tu fiesta no me ha defraudado. -Will le tendió la mano con una sonrisa y el otro se la estrechó.

- Me alegra saberlo. -Entonces vio a Jem. -El mayor de los Carstairs. Vaya, que sorpresa. Antes vi a tu hermano pero no esperaba verte a ti, James. -Dijo sonriendo.

Jem solo asintió a modo de saludo y miró alrededor, ¿así que su hermano estaba allí? Entonces Tommy también lo estaría.

Will y Magnus hablaron un poco más y finalmente el anfitrión se marchó a buscar a su novio.

- Es genial. -Sentenció Will volviendo junto a Jem.

- Ajá... -Will rió un poco.

- Jem, ven conmigo. -Tiró de él para ir al salón. -Estás mustio, diviértete por una noche.

Will empezó a bailar al ritmo de la música y al dar una vuelta vio algo que le hizo borrar la sonrisa.

- ¿Tommy está aquí? Joder. -Murmuró mirando a Jem.

Jem miró al otro lado del salón y vio al rubio mirándoles.

- Está aquí y nos está mirando. -Will bufó. -Tal vez deberías...

Jem no tuvo oportunidad de acabar la frase ya que Will se pegó a él y empezó a besarle. Jem tuvo que usar todo el control que tenía para no gemir por la sorpresa. Por eso y porque Will sabía a alcohol y le estaba besando como nadie le había besado nunca. Los labios de Will se movían de forma urgente sobre los suyos y no podía decir que fuera algo que le desagradara. El moreno puso sus manos en la cintura de Jem antes de que este pudiera impedirlo y siguió besándole hasta que ambos se quedaron sin aire.

Al apartarse, Will miró al lugar donde había estado Tommy y vio que el chico ya no estaba. Sonrió y volvió a mirar a Jem. Estaban muy juntos, tanto que Jem no lograba respirar con normalidad.

AftermathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora