Minato estiró los brazos, dejando escapar un suspiro. Se sentía cansado, aunque pensaba que no era para menos, ya que era una perezosa mañana de lunes. Se inclinó sobre el escritorio, volviendo su atención a los ensayos posados sobre la superficie. Analizaba minuciosamente cada uno — no era por jactarse, pero sus alumnos eran simplemente los mejores. Buscando aprovechar al máximo los cinco minutos que le restaban entre la clase anterior y la siguiente, leía uno con auténtico interés.
Era especialmente bien escrito, con ideas innovadoras, pero al mismo tiempo plausibles. Un proyecto sustentable que le encantaría ver en práctica...
De súbito, escuchó un familiar sonido proveniente de su teléfono móvil, el cual agarró enseguida para leer los mensajes que acababa de recibir. Esperaba que fuesen de Shikaku, Jiraiya-sensei o hasta de Kushina — su ex esposa — por lo que se le hizo muy raro que el número fuera desconocido. Estaba a punto de enfocar los ojos en la pantalla cuando Inoichi, uno de sus compañeros de trabajo y gran amigo, entró al salón con una gran sonrisa.
— ¡Buenos días Mina! ¿Cómo estás? — se apoyó en el umbral de la puerta. El aludido alzó la cabeza para mirarlo mientras guardaba el iPhone de funda azul en el bolsillo del pantalón para luego levantarse.
— ¡Buen día, Inoichi! Yo muy bien...
— Yo igual... — Minato soltó una risita. Así era Inoichi, muy comunicativo y al grano. Estaba más que obvio que no había venido simplemente a darle los buenos días. — Sabes — ¡Ajá! Definitivamente, la sonrisa que adornaba el rostro de su amigo no era de fiar, estaba seguro. —, el viernes vamos a un bar, yo, Shikaku, Hiashi y los chicos de la ingeniería. ¿Te apuntas?
Inoichi Yamanaka era, según Minato, un alma joven. Demasiado, pero aún así, un muy buen amigo y amado por todos. Desde que lo conoció, él siempre se había llevado bien con todos — y no, no estaba exagerando —, cosa que sorprendía el Namikaze hasta en los días actuales. Aún se preguntaba de donde el extraordinario maestro de Cálculos sacaba tanto tiempo, porque siempre tenía algún plan y, es importante resaltar, lo invitaba frecuentemente.
— ¿Van Fugaku y Chouza? — al recibir una respuesta positiva del otro, pasó la mano por sus cabellos dorados y su rostro adquirió una expresión pensativa. Por experiencia, podía decir que salir con Inoichi y la pandilla podría ser un poco... desastroso. Minato nunca se olvidaría de su primera borrachera, en la cual el Yamanaka, aunque lo negara hasta la muerte, tenía gran parte de la culpa. — Pues... No lo sé.
— Oh, Minato, ¿vamos? ¡Va a estar increíble! — pidió con ánimo.
Aunque fuera un adulto de poco más de treinta y seis años, Inoichi inexplicablemente conservaba ese carácter adolescente e inconsequente. Ya Minato... Bueno, él se había convertido en alguien un poco más serio, y menos divertido, como diría Jiraiya-sensei.
En ese momento Ibiki, uno de sus alumnos de la clase siguiente, llegó.
— ¿Hablan del viernes? — Inoichi asintió. Sonriendo, Ibiki tiró sus cosas en el pupitre más cerca para luego dirigir una mirada desconfiada a su profesor. — Deberías ir, Mina-sensei. Todos del salón vamos porque Inoichi-sensei nos prometo grabar un tiktok bailando ¡Jaja! — hizo una pausa y se rascó la barbilla — Y nunca ha ido con nosotros.
El de ojos azules prefirió no expresar como aquel comentario era ofensivo. Prefirió enfocarse en la horrible imagen mental de Inoichi bailando... y casi muere de la impresión. ¡Por Dios!
— Bueno... — suspiró, encogiéndose de hombros. Le encantaba disfrutar con sus alumnos y compañeros, ya que sí, sus amigos del trabajo siempre iban. Siendo sincero, Minato no sabía porqué había descuidado su vida social. Tal vez por su agenda siempre muy ocupada, tal vez por la vida que algún día tuvo con Kushina, o por Naruto... él no sabría decir. Tampoco le gustaba usar la familia o el trabajo como excusa. Pero, de cualquier manera, las cosas habían cambiado mucho en los últimos tres años, además, él no tenía nada que hacer el viernes por la noche. — ¿A qué hora?

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Querido Sensei
FanfictionNamikaze Minato - astrofísico mundialmente conocido, autor de importantes libros, profesor universitario desde sus veinte y cinco años, considerado por muchos un genio y docente en la prestigiada Universidad de Konoha - hará lo posible por no volver...