5. Ángel

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Siempre ha existido el bien y el mal para que haya un balance en esta vida, pero, ¿quiénes son los encargados de esto? Los elegidos del señor.

Hay criaturas que se les llaman ángeles, son seres invisibles que cuidan a las personas de no pecar e ir por el camino del bien.

También hay otras criaturas, llamadas demonios, estos son seres invisibles al igual que los ángeles, estas se encargan de hacer pecar a la gente y mandarlas al infierno, llenándolas con tentaciones.

Pero siempre hay un líder entre ellos, que serían los favoritos del señor, en el caso del bien, tenían a "Stuart", un ángel de cabello azul, tez blanca, era totalmente un santo. Él fue creado con el fin de proteger a los humanos, específicamente a las mujeres y a la naturaleza.

Por otra parte, en el lado del mal tenían al señor "Niccals", un demonio de tez verdosa, con cabello negro, era un imbécil. Fue creado para hacer pecar principalmente a los hombres, donde tenían que caer en el alcoholismo o en la lujuria, su pecado favorito.

Estas criaturas, las de mayor tiempo que tenían de existencia y los "favoritos" tenían el derecho de pisar la tierra las veces que quisieran, siempre y cuando no afectarán el orden de las cosas.

Hoy, le tocaba a Stuart bajar a la tierra, donde podría disfrutar de la convivencia con los humanos directamente.

Murdoc no dejaría pasar esta oportunidad. ¿Cuál era su plan? Fácil, hablarle en persona y mantener una conversación cualquiera, después se haría cargo del resto, era un experto en hacer pecar a la gente.

Stuart se encontraba caminando en la calle del centro, era realmente fascinante poder sentir a las personas que estaban a su alrededor. Mientras tanto, Murdoc estaba a menos de diez pasos de él siguiéndole. El ángel siguió caminando entre los edificios, parecían que se iban a caer y a veces se asustaba por eso, nunca se había acostumbrado a eso.

Pasaron los minutos y empezó a sentir una sensación rara en su estómago, era el hambre, pues como sabran, obteniendo la forma de humano tendrían las mismas necesidades que uno, ya que no segurían siendo ''ángeles'' o ''demonios'' como tal. Decidió entrar en el primer restaurante que se encontró, era totalmente nuevo en esto de convivir con las personas.

— Buenas tardes, ¿mesa para cuántas personas?

— Eeh buenas tardes, mesa para un..

— Dos por favor—el peliazul volteó a donde provenía la voz de aquella persona, era él, su mayor rival.

— Muy bien, acompáñenme—los dos la comenzaron a seguir hasta una mesa que daba vista a la calle.

— ¿Qué estás haciendo aquí?—le susurró el menor.

— ¿Yo? Tengo hambre.

— Nono, sabes que no me refiero a eso, ¿qué haces aquí? —se sentaron uno enfrente del otro.

— Aquí están las cartas, vuelvo en unos minutos.

— Gracias—los dos contestaron al mismo tiempo, la única diferencia fue que al final de la frase Murdoc le aumentó el ''preciosa''

— Está bien, está bien, me atrapaste. Solo quería platicar contigo, la última vez que nos vimos no salió muy bien.

— Tú tuviste la culpa, casi me regañan.

— Se lo merecía por estúpida.

— Por favor, no le hables así a una mujer.

— ¿Sabes que ya se murió, no?

— ¿Qué?

— Bueno, no platiquemos de esto que al final vamos a terminar odiándonos, sí?

— Estoy de acuerdo contigo, ¿qué vas a pedir?

Drabbles [2doc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora