Llego a las tutorías varios minutos más temprano de lo acordado para esperar al señor Jones. Antes de venir, decidí enviarle un mensaje y le hice saber que nos reuniríamos en la biblioteca de nuevo. No estoy dispuesta a arriesgarme pues la última vez en su apartamento, su ex prometida apareció y las cosas se volvieron tensas entre nosotros. Suelto un suspiro al recordar ese día ya hace algunas semanas. No puedo creer que esté aquí de nuevo después de prometerme a mí misma que nunca más iba a estar cerca de Theo.
Me obligo a relajarme hasta que él llega con prisa hasta donde estoy. Me lanza una mirada que no quiero identificar en este momento, las cosas ya son lo suficiente incómodas como para tratar de reconocer los diferentes sentimientos en su expresión.
—Siento llegar tarde, señorita Nicole.
Le ofrezco un rígido asentimiento porque no tengo nada que decirle. Si le molesta o no mi falta de respuesta, no lo demuestra. Toma asiento frente a mí para luego sacar algunas hojas de su maletín y deslizarlas en mi dirección.
—Le traje los ejercicios que hicimos hoy en clases resueltos paso por paso. Tiene una hora para revisarlos, luego va a tratar de entenderlos. Después le daré otra hora para resolverlos por sí sola. Puede sacar su cuaderno si así lo desea. Si no entiende algo puede preguntarme —. Con eso dicho, cambia su atención a los exámenes de esta mañana antes de comenzar a calificarlos.
Lo miro varios segundos, confundida por su actitud profesional. Por cómo me pidió esta mañana que viniera a tutorías, esperaba alguna conversación profunda o un sermón ya que su comportamiento no era como debería ser el de un profesor. Theo detiene sus movimientos al sentir mis ojos todavía sobre él, luego me echa un vistazo con una ceja arqueada.
—¿Hay algún problema, señorita Nicole?
Muevo la cabeza de un lado al otro con la intención de deshacerme de mis pensamientos, luego vuelvo a concentrarme en los problemas frente a mí. Debería estar feliz porque las cosas hayan regresado a como eran antes de nuestra charla personal, pero en cambio, por alguna razón, la decepción es lo que se apodera de mí, lo cual es estúpido. ¿No era esto lo que quería?
Durante las próximas horas cada uno se concentra en sus propias tareas. De vez en cuando le hago una pregunta aquí o allá sobre cosas que no sé, por lo demás permanecemos en absoluto silencio junto con las otras personas en la biblioteca. De manera sorpresiva, logro entender las cosas sin mucha ayuda de su parte y después de por fin terminar todo, le entrego la hoja para que revise mis respuestas.
Aprieta los labios mientras se concentra por varios minutos, su mano se mueve sobre la hoja al anotar cualquier error. Una vez termina, levanta la mirada hacia mi rostro con una sonrisa orgullosa en sus labios lo que provoca un aleteo en mi estómago como si tuviese un enjambre de mariposas, pero trato de convencerme de que es hambre y no cualquier otro estúpido sentimiento.
—Muy bien, Nicole. Todos están resueltos de manera correcta.
Le devuelvo una sonrisa aliviada, nuestros ojos se quedan atrapados en una batalla de miradas que ninguno de los dos se encuentra dispuesto a perder. La tensión se acumula entre nosotros entre más tiempo estamos en esta posición antes de caer en cuenta de lo que hacemos. Decido ser la primera en desviar mi atención hacia mis cosas para comenzar a recogerlas.
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Destinos Encontrados ©
RomanceNicole Johnson perdió todo cuando a penas era una niña. Perdió a su madre y el amor de su padre, en sí, le arrebataron su felicidad. Lo único que le queda es su pequeña hermana Elizabeth a la que tendrá que proteger de las garras de su abusivo padre...