Nicole Johnson perdió todo cuando a penas era una niña. Perdió a su madre y el amor de su padre, en sí, le arrebataron su felicidad. Lo único que le queda es su pequeña hermana Elizabeth a la que tendrá que proteger de las garras de su abusivo padre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo +18
Nicole
Theo me agarra del brazo luego de haberme alejado unos cuantos pasos de la casa.
—Nikki, por favor —me da la vuelta con suavidad lo que nos pone el uno frente al otro antes de tomar mi cara entre sus manos y levantarla hasta que me puede mirar a los ojos —. Lo lamento tanto, amor. Mi madre...
—Tú no tienes la culpa. Es ella la que hizo todo esto, no tú.
—Lo sé, pero me siento muy mal por ponerte en esta situación, no quise hacerlo. Sí hubiese sabido...
Me acerco hasta sus labios donde le doy un casto beso con la intención de demostrarle que no estoy enojada. No con él, de todos modos.
—¿Podemos irnos ahora? Llévame a tu apartamento, por favor.
Me mira por otro momento como si quisiera comprobarlo por sí mismo, luego me ofrece un leve asentimiento en respuesta. Toma mi mano entre las suya para llevarme hasta su carro donde me abre la puerta. Mientras conduce, miro por la ventana sin prestarle atención al paisaje pues mi cabeza está en otros lugares diferentes.
La cena con su familia no fue del todo mala, Michael fue muy bueno conmigo, Owen, por el contrario, no me habló, solo se dedicó a observarme con intensidad sentada junto a su hermano. Por ese lado, todo bien. El problema fueron Alexandra y Valery. Cuando Theo me insinuó que vendríamos a cenar a su casa, no pensé que todo se iba a salir de control. Hubiera deseado que su madre no fuera tan mala conmigo, que me aceptara como soy... no fue así.
Este encuentro me hizo plantear de nuevo, ¿por qué él debería estar conmigo? A pesar de haber tenido esta conversación con él antes, todavía no puedo llegar a comprender su atracción por mí ni su deseo de estar conmigo. Podría tener a cualquier mujer que quisiera, cualquier mujer de su edad, pero está aquí a mi lado; una chica que ha sufrido toda su vida, una chica con más problemas y pasado de lo que alguien debería tener. En lugar de estar con alguien, aunque me duela decir esto, como Valery que ya es una mujer hecha y derecha con un trabajo al que yo nunca podría aspirar, decide estar conmigo.
¿Qué triste, verdad? que con solo encontrarme con ella, mi autoestima haya bajado de forma tan considerable. La mano de Theo se posa en mi rodilla de repente, lo que devuelve mi atención hacia aquel lugar.
—¿Estás bien? —Me pregunta preocupado, por el rabillo del ojo puedo observar que me echa un pequeño vistazo.
—Sí, estoy bien.
—No, no estás bien. Te noto pensativa —. Suspiro un poco al notar que en el tiempo que llevamos como pareja, me llegó a conocer demasiado bien.
—Hablaremos en tu apartamento, ¿vale?
—De acuerdo —. Suelta un pequeño bufido ante mi negativa.
No hablamos más en lo que queda de camino, sin embargo; deja su mano en mi pierna para darme algunos apretones en el muslo junto con algunas ligeras caricias de arriba a abajo.