CAPÍTULO 19

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Theo no me volvió a dirigir la mirada de nuevo en lo que quedó de clases

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Theo no me volvió a dirigir la mirada de nuevo en lo que quedó de clases. Por una parte fue mejor, así no me pude distraer demasiado con sus ojos puestos en mí, pero por otro lado, me encontraba bastante inquieta sobre su actitud. Estaba preocupada por si se enojó conmigo a causa del beso en la mejilla que me dio Dani, aunque no tiene razón para enojarse, pues solo somos mejores amigos. Sin embargo; no puedo acercarme a él para aclarar nada porque al momento en que terminamos la clase, Kate me toma de la mano para arrastrarme hasta el baño de mujeres antes de iniciar la clase de física.

Una ves dentro, cierra con seguro la puerta. Decide apoyarse contra el pilar de la pared para luego cruzar los brazos contra su pecho. No deja de mirarme de forma interrogante desde que entramos.

—¿Qué? —Cuestiono mientras camino hasta el espejo para mirarme en este con la intención de ignorarla un poco.

—¿Quieres decirme qué pasó entre tú y el profesor? —Interroga, directa al grano como siempre. Mi táctica de hacerme la desentendida no funciono.

—Nada —. No me atrevo a mirarla a la cara porque de hacerlo, sabrá de inmediato que miento.

—No me mientas, señorita. Esa mirada que le lanzó a Daniel de "si-la-tocas-de-nuevo-te-mato" no es por nada. Algo pasó entre ustedes dos —. Busca mi mirada hasta que nuestros ojos se encuentran en el espejo.

Arquea sus cejas a la espera, parece que no tiene intención de dejarlo pasar. Me doy la vuelta para enfrentarla y suelto un gruñido.

—Bien, bien. Te lo voy a contar, pero tienes que prometerme algo: no le dirás a nadie —. La señalo con un dedo de forma amenazante. Sin intimidarse, sonríe satisfecha. Sabe que con ella no puedo ocultar secretos, la desgraciada.

—Te lo prometo —. Contesta al final. Acerca su mano a la mía para que la tome y así cerrar el trato.

Después de tomar una respiración profunda; comienzo a contarle la historia sobre todo lo que ha sucedido entre los dos desde el día en el parque, aunque omito algunos detalles, como la historia que le conté de mi padre a Theo, hasta llegar a lo sucedido ayer.

Cuando llego a la parte en la que me confesó su atracción por mí, suelta un estridente grito y salta en su lugar de arriba abajo varias veces. Tapo mis oídos, casi me deja sorda.

—¡Oh por Dios! ¿O sea que ya están juntos?

—Sí. Bueno no, pero espero que sí pronto. —Mi cara comienza a arder cuando recuerdo el beso que nos dimos después de eso, al igual que la mirada en sus ojos.

—¡Por fin! Esto es un milagro —. Habla cuando ya ha dejado de saltar. Algo que siempre hace Kate es extremar sus reacciones. Ruedo mis ojos, sin dejar de sonreír.

Destinos Encontrados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora