Nicole Johnson perdió todo cuando a penas era una niña. Perdió a su madre y el amor de su padre, en sí, le arrebataron su felicidad. Lo único que le queda es su pequeña hermana Elizabeth a la que tendrá que proteger de las garras de su abusivo padre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nicole
—¿Qué? —Susurro temerosa, mis ojos se quedan posados en los suyos con atención, sin poder creerlo.
—Que me dejes ayudarte. Yo puedo hacerme cargo de ustedes. —Me levanto aturdida de la cama todavía sin poder creer se ofrezca a hacer eso.
—¿Te escuchas a ti mismo? ¿hacerte cargo de nosotras? No puedes hacer eso, Theo —. La expresión en su rostro es indescifrable.
—¿Quién dice que no? Puedo hacerlo y lo haré.
—No, no lo harás. ¿Tienes alguna idea de lo que es hacerse cargo de una niña de ocho años? Mejor dicho, una niña de ocho años y una adolescente de dieciséis. No voy a quitarte tu independencia. Todavía hay muchas cosas que puedes lograr y no lograrás hacerlas mientras cuidas de dos personas. ¿Qué pensará tu familia cuándo les digas? Me van a odiar y no permitirán que...
—¡Detente! Ya basta, Nicole Johnson —se planta frente a mí con ferocidad y decisión —. Todo lo que acabas de decir me importa una mierda. Mi futuro, lo que piensen mis padres; todo eso me importa poco con tal de que tú seas feliz, que tú tengas la vida maravillosa que te mereces, porque lo haces. Te mereces todo en esta vida y si yo puedo hacer algo para que eso suceda, créeme: lo haré. Por favor, no seas terca.
Aquello trae nuevas lágrimas a mis ojos pues nunca nadie me ha tratado como él lo hace y me encuentro demasiada agradecida por eso, pero ¿por qué lo hace parecer como si todo fuera tan sencillo? Ciertamente no lo es. Puedo entender sus ganas de ayudarme para que yo esté bien y feliz, sin embargo; ¿qué hay de su bienestar y felicidad? ¿qué clase de persona sería yo si lo dejo hacer esto? Él no piensa en las consecuencias como lo hago yo. Quisiera la vida fuera así de fácil.
A las personas les parece todo de esa manera si no están en los zapatos de los demás. Creen que no es complicado denunciar a una persona que te hace daño, pero lo es. Nadie se detiene a pensar en cómo nos afectaría a las víctimas, solo aconsejan desde su perspectiva, lo que ellos harían en este caso.
—Theo —comienzo con voz calmada, quiero trasmitirle tranquilidad con mis palabras para que pueda comprender la inmensidad que tiene su decisión —, no puedo arriesgarme a denunciar a Rick y quedarnos en tu casa. Él es mi padre, tiene todo poder legal sobre nosotras, el estado nunca nos dejará quedarnos con alguien que no sea familia directa.
«Además, si nos quedamos contigo no serían solo unos días; serán algunos años mientras logro conseguir estabilidad económica para mantener a mi hermana, no puedo depender toda la vida de ti. Y dime una cosa, cariño: ¿cuánto tiempo llevamos juntos? muy poco. Aún no sabemos mucho sobre nosotros, no sabemos cómo sería convivir juntos, tampoco sabemos lo que el destino tiene preparado para ambos. ¿Qué pasará si te aburres de mí? Y si en el tiempo que vivamos en tu apartamento te enamoras de otra persona, ¿qué vas a hacer?
Solo la idea de que él podría estar en los brazos de alguien más hace que mi corazón se estruje en mi pecho con dolor, pero es una posibilidad.
—Créeme cuando te digo que un día la carga de cuidar a dos personas menores se volverá muy pesada y ese día querrás alejarnos lo más pronto posible, no obstante; al momento de hacerlo, recordarás que ya no tenemos a donde ir y te arrepentirás en ese instante. Me odiarás, además de a ti mismo. Pensarás, ¿por qué no le hice caso a su advertencia? No quiero eso. No me lo perdonaría nunca. Por esa razón necesito pienses bien las cosas. Por favor, no tomes esta decisión a la ligera, después no habrá vuelta atrás —. No aparto la mirada de la suya, mis ojos le ruegan comprenda la situación.