CAPÍTULO 53

1.9K 199 33
                                        

Después de que él habla, el lugar cae en un pesado silencio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de que él habla, el lugar cae en un pesado silencio. Agacho la cabeza y comienzo a juguetear con las manos en mi regazo. Decido quedarme de esta forma hasta que cualquiera de los que están aquí empiecen a hablar. Mi ritmo cardíaco ya volvió a la normalidad y no me siento tan nerviosa ni asustada como antes, pero a pesar de eso, no estoy del todo segura sobre esto.

Estar aquí a la espera de que alguien decida decir algo es algo complicado y mi cerebro aún trata de procesar la situación. En el fondo, dudo que pueda encontrar mi voz sin entrar en estado de pánico, tampoco sé si lograré revelar a desconocidos todo el sufrimiento que he ocultado durante tanto tiempo. Solo hay una persona en todo el mundo la cual conoce casi por completo mi vida y esa persona ni siquiera es Theo, sino Elizabeth.

La habitación continúa en aquel silencio durante varios minutos más. Puedo sentir como todos los ojos están puestos sobre mí, solo que no me atrevo a levantar la mirada, decido quedarme mirando las hojas encima de la mesa caoba que está al frente de mí. 

Por fin, después de lo que parece una eternidad, escucho el profundo suspiro proveniente de la mujer. Se aclara la garganta de manera algo incómoda y al instante comienzo a tener sensación de nervios en la boca de mi estómago. Esto solo puede significar una cosa: está por comenzar. Poco a poco me obligo a levantar la cabeza hasta que mis ojos hacen contacto con los suyos.

—Bueno, Nicole, creo que me presentaré ahora —su voz sale moderada, calmada. El tipo de voz que la gente utiliza cuando alguien está asustado y no quiere asustarlo más —. Mi nombre es Jessica Cruz y soy la psicóloga forense.

Ni se molesta en presentar a los otros dos, pero después de que termina de presentarse no podría importarme menos. Mi boca se abre para dejar salir un pequeño suspiro entrecortado sin poderlo evitar.

—Vamos a hacer de cuenta que estamos las dos solas ¿vale? Mantén tus ojos en los míos. Nadie más está aquí. Pero tengo que informarte, tu declaración deberá ser grabada para usarla en el juicio.

Lucho con la necesidad de rodar los ojos ante la primera sugerencia. Imposible no notar la presencia de tres hombres en una habitación y menos cuando siento como si me fuera a sofocar en cualquier segundo con tanta gente alrededor, sin embargo; puedo entender que su única intención es hacerme las cosas más fáciles. Trato de seguir su consejo, tal vez así logre dejar de pensar tanto. Al darse cuenta que estoy dispuesta a intentarlo, inhala una respiración profunda antes de hablar.

Al principio, todas las preguntas son solo cosas básicas sobre mí. Respondo sin ningún problema mientras Jessica escucha con atención y su mano se mueve de forma ágil para anotar todo lo que le diga.

Al cabo de algunos instantes, cuando hace una pequeña pausa, me atrevo a lanzar algunas miradas furtivas hacia los dos hombres parados a cada lado de ella. Siguen en la misma posición de antes, estáticos. No intervienen en ningún momento, se limitan a observar todo con expresiones estoicas.

Destinos Encontrados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora