Efecto Secundario

II

-Estoy frito.- dijo el científico acercándose al superior.

Estaba seguro de que los efectos del elixir no le harían un daño mortal a Black, con suerte sólo se enfurecería y le daría una paliza por no haberle advertido, pero...

Él no era nada normal. Lo sabía perfectamente, así que no podía ni siquiera suponer qué consecuencias tendría el elixir sobre su Jefe, y eso lo tenía bastante preocupado. Los efectos secundarios podrían variar enormemente y de tantas formas, que sólo de imaginarlo la cabeza le dolía.

Aún respiraba, eso era algo bueno. Parecía que estaba durmiendo. Incluso se veía...vulnerable.

Sacudió la cabeza para concentrarse. Habría que arreglar la habitación destruida, y no podía hacerlo con Black tirado en medio del suelo.

Así que lo llevó a su laboratorio; en caso de que despertara, tendría a la mano cualquier instrumento para ayudarle a lidiar con...lo que fuera que tuviera que lidiar. 

-XXX-

-...hace frío...- el temible villano se levantó lentamente de la cama en la que estaba, confundido y agotado, sin muchos recuerdos de los sucesos más recientes. 

¿Era el laboratorio...? Era extraño. No se había percatado de las hojas del periódico que Flug había recortado, y todas con primeras planas de cada victoria malvada de él:

"Nuevo villano en la Ciudad", "Destrucción total en zona pública. El número de heridos sigue en aumento." "Ataque masivo contra Héroes", "Black Hat, la pesadilla de la ciudad":

Apartó la vista tras leer los tenebrosos titulares, sintiéndose mareado; paseó la vista por la extensa habitación, encontrando en la mesilla de noche un plato con bocadillos, un vaso de agua y una nota con la letra del científico:

"Lo siento :( "

Para ser su subordinado, a veces era demasiado infantil. Eso le dio risa.

Salió lentamente del cuarto, como si el mundo se moviera en cámara lenta. Le costaba ubicarse, moverse, pese a que esa era su mansión desde hacía una cantidad exagerada de años. De pronto, todo se le hacía tan desconocido...

Se detuvo en el umbral de la puerta del laboratorio, mirando una vez más aquellas sangrientas primicias.

-Ese...soy yo...- dijo en un susurro, aunque ante el silencio que lo rodeaba, fue como una detonar bomba.

Un pequeño grito de angustia surgió del laboratorio, alcanzando cada rincón de la mansión.

Y aquél trascendental villano tardó algunos segundos en darse cuenta de que ese sonido de auténtico terror...provenía de lo más profundo de su pecho.