Luhan tenía una libreta azul, quizás no era la más nueva pero era lo suficientemente necesaria para albergar todos sus pensamientos. Pero un día su libreta ya no se encontraba dentro de su casillero como la había dejado, y comenzó a desesperarse cua...
Esto es desde la perspectiva de Sehun pues, después de todo, ustedes eligieron la opción de tener un capítulo más pero viéndolo desde el lado de Oh. Espero que les guste el capítulo y si no es así, entonces mil disculpas... Le estoy poniendo ánimos a esto a pesar de mis problemas y espero que lo sepan valorar :x
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Oh Sehun era hijo único en una familia compuesta por padres, abuelos y primos, siendo éstos últimos los causantes de que esté constantemente en pleitos con su madre. Sus amigos cercanos sólo eran dos, Kim Jongin y el hermano de éste Kim Jongdae, el cual era mayor de los dos. Su popularidad en el instituto comenzó cuando fue inscrito a principio del año, aunque más se debería a su atractivo, según las chicas de primer año.
Era conocido por los profesores por su apellido tan cargado de atención, siendo así el único muchacho de toda la escuela que tenía en la palma de sus manos a los docentes y hasta el mismo director pues, al ser una escuela pública, éstos irradiaban un poco de respeto hacia él gracias a que su familia era dueña de una cadena de hoteles. Sin embargo, Sehun no usaba aquello a su favor, es más, le gustaba verse como un chico común y corriente ante todo el mundo pero parecía bastante difícil con el pasar de los años.
Confesión tras confesión, una tras otras, las que rechazaba con una cita porque no estaba seguro en querer iniciar una relación con nadie más que no sea con su celular y televisión. Podía ser un poco frío al intercambiar palabras con las chicas que se le acercaban a hablar con intenciones de mostrarle que le gustaba, pero fuera de eso, Sehun era demasiado amable y con la noción de que eso atraería más atención de la debida, que justamente era algo que no quería más.
Siempre fueron chicas las que le veían atractivo a él y en parte eran personas que hasta él conocía, pero jamás se imaginó que podría gustarle a un chico. Lo descubrió apenas salía del salón de danza, cuando había visto por equivocación a Jongin hurgando en los casilleros. Justo cuando creía que su amigo no podía estar más loco por Do Kyungsoo, éste lo asaltó con una sonrisa burlista y le entregó una especie de revista pero que no era una, sino que, en vez de contener chisme como cualquier otra cosa, la libreta contenía todo sobre él.
Primero pensó que era un chica, pero después de ver el nombre y recordar de quién se trataba, inmediatamente arrojó la libreta al contenedor de basura cuando iba de camino a su casa. Poco segundos después volvió por ella ante el pensamiento de que no podía ser tan grosero y tirar algo tan importante. Llegando a su casa leyó las primeras cinco hojas las cuales, a su parecer, no eran tan malas, sólo un poco perturbadoras; hablaba de él como si fuera la estrella de su centro, el centro del mundo de aquel chico.
Sehun al principio no comprendió, pero una vez que él leyó cada palabra u oración que ahí estaba escrito supuso el porqué Jongin se la entregó como si fuera algún diario de ritual, el que claramente el único que podría tener ese tipo de cosas sería Kyungsoo.
"Oh Sehun es la persona con la cual estoy destinado a salir "
Eso sí que le había sorprendido, porque él no podría creer que hubiera alguien que pensara eso.
