Luhan tenía una libreta azul, quizás no era la más nueva pero era lo suficientemente necesaria para albergar todos sus pensamientos. Pero un día su libreta ya no se encontraba dentro de su casillero como la había dejado, y comenzó a desesperarse cua...
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Luhan prometió no sentir ningún sentimiento malo cuando el plan estuviera siendo ejecutado. Sin embargo, el gran ceño fruncido que tenía acentado en su rostro era notorio.
Su amigo estaba ahí jugándose al máximo en su papel de chico tímido con coqueteo cargado encima. Él estaba viendo todo desde tras los casilleros, observando detenidamente cada acción de Kyungsoo y de su crush, el cual estaba aferrándose a su pobre libreta azul.
-¿Sabes? -Sehun le sonrió a su amigo con amabilidad-. Eres lindo, pero no creo que a Jongin le guste que estés conmigo.
Kyungsoo abrió los ojos y bajó la mirada rápidamente, simulando estar avergonzado sólo para ver en sus posibilidades de cómo hacer para quitar esa libreta de las manos del alto.
-¿Y qué tiene que ver Jongin aquí? -Luhan logró escuchar la tensión en la voz del más bajo. Claramente parecía desconcertado-. Jongin no es nadie para mi, como yo no soy nada para él.
-Kyung, mi amigo no será directo, pero está loco por ti. No puedo mirarte más que con ojos de amigos.
-¿En serio?
Luhan quería pegarse una cachetada por darse cuenta de que tal vez su amigo era un ignorante del cuerno. Hasta él veía lo obvio en su reciente descubrimiento sobre la actitud del moreno.
Días atrás -para ser más exactos, dos días después de que Sehun le habló- Jongin buscaba a Kyungsoo todas las mañanas después de clases, siendo insistente en hablar con el chico pero éste al parecer no tenía intenciones de querer comenzar una conversación con el moreno. Quizá su amigo habría pasado por algún tipo de depresión cuando estuvo hablando con Jongin ése día, porque después que Kyungsoo lo acompañó a casa él no se encontraba bien.
Tan estúpido.
-¿Me estás rechazando? -preguntó Kyungsoo con una falsa tristeza.
Sehun asintió, mirándolo con pena.
-Lo siento.
Kyungsoo vio a Sehun querer marcharse y llevado por la desesperación, lo abrazó. Por ese abrazo, el pequeño logró mirar a Luhan con ojos de pánico y le hizo un gesto para que le ayudara. Luhan, por otro lado, estaba absorbido por millones de emociones para nada sanas cuando sus ojos captaron aquél abrazo.
Eso no era parte del plan.
-Maldito -dijo entredientes. Pero no maldiciendo a su amigo sino a la situación y al maldito de su crush que le correspondió el abrazo con una sonrisa grandísima.
Va a correr sangre.
Iba a moverse para interrumpir, pero al segundo de haber salido de los casilleros captó a Kyungsoo empujando al alto y tomando entre sus manos, con una perfecta sincronía, la libreta. Después comenzó a correr ante la extraña mueca de Sehun.
-¡Vamos! -le gritó y Luhan lo siguió al trote extremo, asegurándose de no perderlo de vista.
-Oh, lo hiciste -murmuró cuando llegaron a su salón, ingresando al lugar importándole poco que las miradas de sus amigos estuvieran sobre ellos dos.
Luhan estaba agitado, mirando la libreta que Kyungsoo le entregaba con una sonrisa de alivio. Toda emoción de enojo marchitó poco a poco.
Tomó la libreta en sus manos y se sentó junto a Tao, quien estaba con la cabeza sobre el pupitre, durmiendo. Miró la libreta con demasiado entusiasmo que para cuando sus dedos rozaron la tapa y logró abrirla, su quijada cayó por completo. Eso no podía estar pasando.
-¡Esto debe ser una jodida broma! -se levantó de su lugar con espanto, aunque sus palabras jamás salieron de su boca.
"Hijo cuando salgas de la escuela pasa por el super y haz las compras "
No puede ser.
Volvió a leer.
"Alimento para cachorro 1k pan 30g de queso mantecoso Sardinas Fideos 2k de papas 4 tomates"
Y la lista seguía.
Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando al voltear la página una foto de Sehun con su perro Vivi apareció mágicamente. Hizo un mohín y trató de sonreír, pero a pesar de que debería estar feliz de que por fin haya obtenido una foto íntima del chico, no podía estarlo. Porque lo habían estafado.
Oh Sehun no llevaba su libro, Oh Sehun llevaba la libreta de su madre.
¿CÓMO MIERDA NO ME DI CUENTA DEL TAMAÑO?
ESO ME PASA A MI.
Gimió de dolor y guió su vista al otro lado del salón, encontrándose con los ojos curiosos de Kyungsoo. Y con un encogimiento de hombros y una mano hecha cuchilla trazó una línea en su cuello, dándole a entender que su plan había fallado.
-Plan A, fallido -dijo y Kyungsoo asintió con pena.
Luhan le sonrió amablemente y luego miró la libreta otra vez. Al menos había conseguido una foto de Sehun con su perro.
