Hola de nuevo. Muchas gracias por leer!
Esta vez traigo algo no diabético y más dramático.
Espero que les guste y puedan dejarme sus opiniones.Frente a él, aquél villano maniaco de las máscaras reía cruelmente.
Y en su propio corazón... Desesperación.
Miedo.
Odio.Yaoyorozu estaba frente a él, pero fuera de su alcance, mientras que sus mutuos amarres los imposibilitaban de huir y usar sus quirks.
Y a pesar de que ella era fuerte, hacía tiempo de que aquél infeliz la había quebrado ante la mirada impotente y fúrica de Todoroki.Momo lloraba. Gritaba. Se sacudía. Se desmayaba.
Una y otra vez.
Una y otra vez.Y Todoroki sentía un monstruo crecer en su pecho.
The mask reía mientras hundía una y otra vez diferentes artefactos contra esa suave piel que Shouto había recorrido una y otra vez, pero en vez de besos, esta vez había sangre.
Su cerebro se calentaba, todo en él ardía en el más profundo odio. Y dentro del odio, miedo. Miedo de perderla, miedo del dolor de ella.
Momo gritaba espeluznantemente, y aún así, sus ojos azabache le seguían diciendo "por favor no te culpes"
Mientras ella perdía de nuevo la conciencia, el monstruo que ardía en su interior explotaba mientras se dejaba ahogar en ira.Y despertó.
Una mano sujetaba amablemente su brazo. Momo.
El chico sintió su propio sudor frío correr por su espalda.-Todoroki, tranquilo. Era un mal sueño.
Un mal sueño... Una pesadilla...
No.
Una marcada cicatriz rosada se asomaba entre la pijama de seda azul, y adornaba la clavícula de ella.No era una pesadilla.
Era un recuerdo.Y cada cicatriz en el cuerpo de ella era un recordatorio de su debilidad, de su inhabilidad de proteger aquello que amaba.
Se llevó ambas manos al rostro buscando ahuyentar esos pensamientos.
Ella adivinó lo que pasaba por su mente y lo envolvió en un dulce abrazo que él sintió como agua fresca en medio de un desierto.-Todo terminó. Estamos bien. Estás aquí y yo contigo.
-Perdóname por ser tan débil.Él le devolvió el abrazo mientras se recostaban de nuevo, y la acurrucó entre sus brazos. Ahí debía estar ella siempre, cerca de su pecho, cerca de su abrazo, ojalá pudiera ser como una pequeña matryoshka para cuidarla siempre.
-Hey Shouto, deja de culparte. Sigamos creciendo juntos.
Él se tranquilizó con sus palabras, y se dejó arrullar por el tranquilo palpitar del corazón de la morena, mientras se llenaba los pulmones de ese aroma suave y sobrio que la caracterizaba. La acunó de manera protectora, y mientras besaba su frente se dejó llevar de nuevo por el sueño. Esta vez, un sueño radiante.
ESTÁS LEYENDO
Déjame Tomar Tu Mano
Romansa"Tus manos mujer... creas el mundo, creas paz, creas guerra, creaste un futuro para mi que nunca imaginé, eso sucede con ellas" Serie de Drabbles TodoMomo