Capítulo 6

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La mañana siguiente, me desperté con ánimos de salir del departamento de nuevo, y con esto me refería a regresar a la escuela al costo que sea. Quedarme encerrada por una semana recuperándome de un dolor que ya ni siquiera sentía me parecía absurdo. No había seguido discutiendo de esto con mi madre porque simplemente no deseaba comenzar otra pelea cuando las cosas estaban algo calmadas.

Me vestí con el uniforme silenciosamente, no sabía con certeza si ella tenía sueño pesado o no, ni su horario para despertar; a las seis de la mañana no creía dado que el día anterior apenas a las nueve se servía el desayuno. Terminé de arreglarme, tomé mi mochila y me acerqué con sigilo a la puerta de entrada.

Era una cerradura electrónica, podía abrirse con una llave convencional, con la cual yo no contaba, o con una clave numérica, la cual mi madre me había dejado ver accidentalmente al abrir la puerta el día anterior. Eran siete dígitos y por suerte no hacía ruido cuando se abría, ¿qué clase de sistema de seguridad era ese? Lo agradecía de todos modos.

Cerré con la misma cautela y sintiendo una pequeña punzada de culpa, me encaminé a la entrada del edificio. A esa hora no había nadie en la recepción y se podía salir libremente con la clave. Rodé lo ojos ante esto. Decidí tomar el autobús, usando las últimas monedas dentro de mi cartera, pasaría hambre de nuevo pero al menos no perdería otro día de clase.

Logré llegar a tiempo y al entrar al salón me recibieron miradas sorprendidas, como si hubieran visto a un fantasma tomar asiento y unirse como un alumno más.

—Sadame-kun, ¿qué haces aquí? Pensamos que volverías hasta la semana próxima —expresó Itsuki, que era la vicepresidenta de la clase, centrando su atención descaradamente en la venda en mi cabeza, que mi flequillo no alcanzaba a cubrir por completo.

—¿Qué te pasó en la frente? —Alguien más preguntó, en ese momento no podía recordar su nombre, me sentía abrumada con la atención que me daban. ¿Desde cuándo se preocupaban por mí o desde cuándo hablaban demasiado conmigo?

—Me caí —respondí, sin intención de sonar cortante pero sin muchas palabras para agregar—. En realidad no fue tan grave como parece.

—Oh, qué bueno que no haya sido gran cosa, sobre todo con los exámenes a la vuelta de la esquina. 

Asentí y volteé para observar la mirada cómplice de Shinsou, era el único que no había hecho preguntas ni lucía asombrado con mi presencia aunque no conocía al cien por ciento la versión verdadera de la historia. No me había creído del todo cuando le dije que estaba enferma pero prometí contarle la verdad apenas pudiera. Lo que sí sabía era que planeaba escaparme para asistir ese día a clases.

El profesor hizo la misma ronda de preguntas cuando entró al aula, preocupado y alegre por tenerme de vuelta.

Las horas transcurrieron de manera normal, entre materia y materia, el dolor de cabeza incrementaba poco a poco, me sobaba la sien sana disimuladamente. Tal vez era lo que me ganaba por haberme escapado. Cuando llegó el receso, me sentí aliviada y me moría de hambre.

Saqué el libro que mi madre me había comprado el día anterior sin dudarlo, para distraerme. Sentí el sudor escurriendo de mi frente y traté de controlar mi respiración. Revisé mi celular en vista de que leer no lograba calmarme y me costaba concentrarme en la trama, y ví que Mingxia había dejado en visto mis últimos tres mensajes en los que le había propuesto reunirnos para el receso. Mi corazón sintió una punzada. No quería molestarla yendo hasta su aula, quizá sencillamente no quería verme, o aún peor, Norie se lo había prohibido.

Shinsou regresó al aula después de comer y mi expresión debió haber sido bastante mala porque me tocó el brazo descubierto inmediatamente.

—¿Te sientes bien? Estás pálida.

Ashes and Glass | Todoroki Shouto|[ BNHA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora