Capítulo 5

2.2K 284 68
                                    

Desperté con un regusto amargo en la boca, la presión en mi cabeza seguía presente, pero la sensación de que el dolor podía matarme se había esfumado un poco. Abrí los ojos poco a poco e hice el esfuerzo por sentarme antes de que las manos de mi madre me detuvieran.

—No, recuéstate, tienes que recuperarte. La doctora necesita examinarte de nuevo.

Mi madre, parecía irreal. Me quedé un par de segundos analizando su rostro, sus facciones. Habían restos de cansancio bajo sus ojos, su cabello tenía el mismo largo. Su maquillaje se veía perfecto y su compostura era firme, sus labios permanecían en una línea recta, incluso después de lo que había pasado esa noche, hasta que bajó la mirada me pareció ver un destello de lágrimas en sus ojos.

Las palabras se atoraron en mi garganta. Tenía mucha rabia contenida, el rencor estaba enterrado en mi pecho como una daga, muy profundo. ¿Qué le decías a la persona que tanto quisiste un día que se quedara a tu lado, pero ahora ni siquiera soportabas mirarla a los ojos?

Había una pregunta que solía hacerme de vez en cuando, ¿por qué nos dejó, sin avisar, huyendo, como si tuviera culpa de algo? Y había una nueva ahora: ¿por qué se empeñaba en regresar cuando al fin la daba por olvidada?

—¿Qué hora es? —Las primeras palabras, en lo que parecían haber sido horas, salieron de mí. ¿Cuánto tiempo había estado fuera de sí?

Encendió la pantalla de su celular y tragó saliva, como si hubiera olvidado por un segundo cómo leer.

—Diez con veinte.

No respondí. Toqué el diminuto parche que se encontraba sobre mi sien derecha, recordándome el motivo de mi visita al hospital. Norie había perdido el control. Jamás dejaba llegar su enojo demasiado lejos, un jalón de pelo, una bofetada, un apretón en el brazo... Nada como dejarme semi inconsciente en el piso, nada por lo que terminar en la sala de urgencias. ¿Qué hubiera pasado si Mingxia o mi madre no llegaban a tiempo? ¿En dónde estaría?

La doctora apareció, interrumpiendo mi hilo de pensamientos. Pidiendo que me reincorporara de a poco. Me sentí ligeramente mareada.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó la mujer, hablando lento.

—Mareada, con náuseas.

—Es normal. Se nota que fue en golpe algo fuerte—. Escribió una cosas en el portapapeles que llevaba. Sacó una linterna pequeña y me pidió que siguiera la luz con los ojos. Anotó algunas cosas más y continuó hablando—. Y dime, ¿cómo ocurrió?

Mi madre se puso notablemente nerviosa, cambiando la mirada la doctora a mí. Titubeé un momento.

—Me... Me caí y... me golpeé con un mueble... en mi habitación.

Asintió, poco convencida. Mi madre me miró sorprendida.

—¿Qué clase de mueble? —Volvió a interrogar.

—Una... mesita de noche.

Era una mentirosa muy mala, y la doctora estaba al tanto de eso, no pareció creerme ninguna palabra. Sentí mi cabeza dando vueltas de nuevo y evité mirarla a la cara mientras se concentraba en sus anotaciones. Las náuseas subieron desde mi estómago y como pude tomé rápidamente el bote de basura a un lado de la camilla, y vomité lo poco que había ingerido esa tarde. Mi madre me pasó un pañuelo desechable y me limpié la boca, esperando el veredicto final de la doctora.

—Es una herida superficial, nada demasiado grave, los mareos y el vómito son consecuencia de la caída, tardará unos días en sanar y necesitará reposo, al menos una semana—. Dijo, dirigiéndose a mi madre—. Le recetaré unos analgésicos para el dolor y estará bien. ¿Puedo hablar con usted un momento a solas?

Ashes and Glass | Todoroki Shouto|[ BNHA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora