Capítulo 10

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Sin haberlo previsto, la primera semana de mi castigo había pasado con celeridad, a duras penas permitiéndome procesar lo que ocurría.

Por fin habían llegado noticias acerca del grupo de policías que había sido hallado, al que pertenecía mi padre, y su ADN no figuraba en los resultados. Por una parte, el alivio me invadió ya que aquello significaba la posibilidad de que aún estuviera vivo, en algún lado; y por otra parte, quería decir que tal vez no lo estaba. En ningún otro lado.

Los síntomas de insomnio habían comenzado a incrementar por esa razón, así que no había recibido la cantidad necesaria de sueño, y justamente ese viernes el profesor Aizawa había decidido entrenar a solas con Shinsou, pasándole mi entrenamiento a la profesora Midnight. No podía ser menos conveniente para mí.

Había acabado tan exhausta que me perdí la primera clase del día tras quedarme dormida en los vestidores, con el uniforme a medio poner. Al parecer Shinsou fue el único que se dio cuenta de mi ausencia, sin embargo, sacó conclusiones a partir de la mirada adormilada con la que ingresé al aula.

—Vaya, la representante de clase quedándose dormida, ¿a dónde vamos a parar? —murmuró cerca de mí antes de regresar a su asiento cuando llegó el profesor de Inglés a impartir la materia que seguía. Le dediqué una mirada cargada de inconformidad, debido a que no había ningún rastro de broma en sus palabras.

Se había estado comportando de esa forma desde que teníamos que trabajar al lado de Todoroki Shouto en la biblioteca. Yo no lo consideraba un castigo del todo. Conseguía alejarme de mi madre unas horas más y convivía un rato con los libros que tanto adoraba leer. Por su parte, el castigo para Shinsou era tener que pasar el rato con Todoroki. Este último se mantenía en silencio la mayor parte del tiempo, únicamente pronunciando palabra cuando era necesario, y por alguna razón eso irritaba a Shinsou en demasía.

—¿Acaso cree que no somos dignos de tener una plática con él? —Me había dicho el segundo día, un poco demasiado alto, tal vez con intención de que el susodicho le escuchara; yo solo había rodado los ojos alejándome de su lado y concentrándome en reordenar los libros de la estantería contigua.

Él no lo comprendía. Nadie lo hacía. A mí me había costado entenderlo también, pero lo logré después de analizarlo tanto tiempo, sobre todo después de la última vez que me acompañó a casa. Tenía su propia manera de demostrar que pensaba en los demás, a pesar de conocerlos mínimamente.

Todoroki no necesita expresarse con palabras, sus acciones decían suficiente. Pero solo alguien como yo, que se había acostumbrado a guardar sus emociones en donde ninguna persona podía acceder a ellas, le entendía. Claro que Shinsou también había pasado por una época difícil y aún lo hacía, pero carecía de empatía.

Esa misma tarde, en la que sería el último día de castigo para ambos chicos, el muchacho de cabello morado no cesó con su actitud irritante, tocando los bordes de mi paciencia. Intenté ignorarlo por el mayor número de horas, pero en los últimos veinte minutos el efecto llegó a su fin. Esperando a que Todoroki estuviera alejado de nosotros dos, dije:

—Te estás comportando justo como las personas por las que nos castigaron.

Lamenté mi elección de palabras luego de presenciar cómo su expresión caía gradualmente. Se formó un nudo en mi estómago. Había transcurrido mucho tiempo desde la única ocasión en la que tuvimos una discusión y aún así no podía disipar la sensación amarga que se instalaba en mi boca.

—Sí, pues tú también.

Acomodó con rabia un libro de Historia de los Héroes, empleando tanta fuerza que provocó que los de la estantería de atrás cayeran a su paso y revelando el rostro sorprendido de Todoroki.

Ashes and Glass | Todoroki Shouto|[ BNHA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora