NARRA CHIARA: Me fui a los entrenamientos de McLaren antes de irme del país. Estaba en Mónaco.
— ¿has visto a Lando? —pregunté a Oscar.
— está en su recamara.
Pasé. Allí estaba el cuatro de los naranja. El chico que había engañado. El chico que dejé ir. Estaba dormido.
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Le di un beso en la mejilla descubierta. Se despertó.
— ¿Qué carajos haces aquí? —me miró enojado y fijamente.
— vine porque...—me interrumpió.
— no, te dije que no quería verte —lo quedé mirando— no se que haces por aquí...
— si me dejas explicarte —dejé mi maleta a un lado— vine porque...quise saludarte antes de irme para siempre Lando...—me miró— me voy porque no quiero tener ningún drama con nadie y...
— y eliges huir de los problemas antes de solucionarlos ¿no? —le dediqué una mirada incrédula.
— no es así. Tu bien me dijiste que hiciera mi vida, que no quieres verme me lo acabas de decir otra vez —agachó su mirada— no tengo porque darte explicaciones de nada Lando. Nosotros jamás nos dimos explicaciones, jamás nos tuvimos que aclarar nada porque tu estabas con Bianca mientras que jugabas al novio conmigo...—me dió una mirada aun más molesta.
— ¿eso te dijo tu amiguito verdad? —rió sarcástico.
— no importa quien me dijo tal cosa, la cuestión es que tienes que admitir que jugabas conmigo...
— así como tu conmigo —tomé mi maleta.
— tengo que irme, esto no tiene sentido —me di la media vuelta— vine a despedirme...—me di la media vuelta acercándome a la puerta.
— espera —tuve la esperanza de que se disculpe— te abro la puerta como caballero, no quiero que luego andes diciendo que fui cruel...
— eres más que eso, eres un completo idiota comportándote de ese modo.
Me fui del lugar. Estaba molesta no con él sino conmigo misma. Tendría que ser más hábil con el tema de los hombres. Todos acaban lastimándome.
Mi vuelo a Italia salía en dos horas.
Ok, una hora para ir al aeropuerto y otra hora más caminando por ahí hasta que sea el momento de abordar.
(..........)
Ya era hora de subir al bendito avión. Nadie vino a despedirme. Nadie sabía excepto Lando.
Al cabo de unos minutos de salir, me quedé dormida.
(.......)
El sonido fuerte del avión aterrizando me despertó. Había llegado a Italia. Era hermoso estar en mi país.
