Parte 3

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Bartholomew Henry Allen, estaba petrificado, a pesar de ser conocido como el miembro más hablador de la liga, ahora no encontraba palabras para abarcar el asunto en cuestión.

Tomó su tiempo, evitando la mirada del contrario, si, había escuchado bien, Hal le había revelado la tan ansiada verdad, y estaba por considerar que quizás no era necesario saberla, ¿o sí? Su carrera mental fue completamente interrumpida, y la voz del piloto resonó suavemente en su cabeza, bien, Hal había decidido cortar el silencio.

-Que grosero, esperaba otra reacción de mi mejor amigo, ¿sabes?- Un deje de molestia se hizo notar, para el linterna era un tema difícil de abordar, y a pesar de armarse de mucho coraje se expuso ante el contrario, mientras que lo único que recibió fue un largo silencio. Molesto, salió de la habitación de baño, para dirigirse a paso firme y en silencio al dormitorio del velocista, ya en el comenzó a buscar sus prendas, encontrando primero sus maltrechos jeans Slim, colocándoselo a una velocidad envidiable para el corredor, Barry por su parte le siguió unos segundos después mirando la escena en silencio, apoyado en el marco de la puerta de su habitación, esperando el momento adecuado para interrumpirle, más la ansiedad siempre se apoderaba de sus acciones por lo que no pudo evitar soltar lo primero que pensó.

-¿Felicidades por salir del armario? Rayos Hal, la verdad no sé que decir, esto me toma por sorpresa, digo, nunca imaginé, ya sabes, que en realidad te iban los tíos, es solo...- El velocista no era el más minucioso al momento de hablar, lo último dicho era clara evidencia de ello, movía con exageración sus manos, intentado darse a entender, mientras con cada palabra sentía como si cavase su propia tumba, pues la cara del piloto dejaba entre ver que lo había arruinado, pues cruzado de brazos y con el ceño fruncido las bromas no eran aptas en este momento, "Maldición, no quiero ver esa expresión otra vez..." pensó. –Lo siento... Hal, eres probablemente el mejor hombre que he conocido, y yo solo estoy sobre exagerando.-

-No esperaba que te molestara de todas formas, pero como siempre no reparas en controlar tu lengua.- El castaño soltó una pequeña carcajada, aminorando la tensión de hace segundos en el ambiente, logrando también que Barry relajara sus hombros, y se acercara ahora al contrario, sentándose en el borde de la desarmada cama, con su vista dirigida al suelo, el linterna le observó con cuidado, era claro que esa especia de meditación era para no hablar de más, y por supuesto, agradecía el gesto, decidió sentarse junto al rubio, ahora que estaba a medio vestir y el ambiente menos tenso, volvió a la conversación inicial.

-Entiendo que estés confundido... Yo también lo estoy, no me siento cómodo en ningún sitio, tú me conoces, era un mujeriego y rayos... No es como si las mujeres hayan perdido su encanto...- Pasó ambas palmas por su rostro hasta su cabello de forma brusca, soltando grandes suspiros, para luego volver a acomodarse en dirección a Barry. –Pero... Me siento distinto, Oh Dios, se siente muy distinto, la intensidad, la adrenalina, sobre todo...-

-Muy bien chico apasionado, demasiada información.- Esta vez el rubio le detuvo con ambas palmas levantadas, hablando entre risas, por primera vez en la conversación levantó su rostro para mirarle, de forma comprensiva e incluso tierna, sabía en el fondo que aquello no era malo, solo desconocido, y ahora cercano por el linterna. Se mantuvieron en silencio por unos minutos, solo mirándose y sonriéndose, el vínculo volvía a ser el de siempre, y la enorme confianza que se tenían había sido reafirmada, Barry volvía a sentirse tranquilo y en paz, y al ser un hombre tan sentimental, se dejó llevar por sus fuertes emociones, lanzándose sobre el más alto, entrelazando sus brazos por sobre los hombros de este, dejando su peso caer libremente en un fuerte abrazo. El linterna quedó estupefacto, estaba acostumbrado a las muestras de cariño del chico veloz, pero el impetuoso abrazo repentino lo había dejado boquiabierto.

¿Somos amigos... No? HalBarry / GreenFlashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora