Abrazando Al Enemigo

Capítulo 10: Moda Y Arte

Rarity comenzó por tomarle las medidas a Applejack comenzó por el cuello, siguiendo por el ancho de espalda y despues con los brazos capturando las medidas en un monigote que había echo en su libreta, cuando comenzó con el busto notó que la chica se tensaba.

-Debo tomar medidas de todo- Suspiró y comenzó a ajustar la cinta y se sorprendió al ver las medidas de copa de la chica, era copa D en su máximo esplendor-¿No te estoy lastimando?.

-No- Contestó de inmediato.

La modista tardó un poco más mirando aún la cinta y la volvió a justar para comprobar si era verdad que tenía frente a ella la mujer con el cuerpo más perfecto que había conocido en su vida.

-¿Pasa algo?- la vaquera sonrojada le cuestionó al ver que la modista tardaba.

-Nada, es solo que pensé que había tomado mal la medida- Sonrió bajando la cinta-Ahora debo tomar las de la entrepierna... tardaremos un poco son cerca de ocho medidas, así que debes tener paciencia querida.

-Por dios....- Suspiró-Llevó cerca de una hora de pie.

-Nadie dijo que sería un trabajo fácil- Sonrió pasando la cinta con calma por su cintura, luego bajo a sus caderas tardando un poco en ellas.

La cinta se deslizó por su pelvis causando que Applejack se pusiera tensa casí de inmediato al sentir que invadían su espacio personal. Sintió la cinta topar con su entrepierna y se puso aún más nerviosa que antes.
Las siguientes no fueron más tranquilizadoras pues las demás median acariciaban la parte interna de sus muslos causando que luchara contra las sensaciones que le provocaban, jamás nadie había estado tan cerca de su espacio personal que era tan extraño para ella.

Por otra parte la modista ya había tomado medidas de múltiples hombres y mujeres motivo por el cual no habría de estar nerviosa ¿verdad?, pero no entendía ¿qué era lo que hacía tan diferente esa ocasión? era tan extraño que ella actuara con tanta torpeza y tímidez como ahora mismo lo hacía.

Terminó tras un rato de tomarlas y tanto ella como la vaquera suspiraron de alivio por haber acabado con ello, había sido muy dificil para ambas.

-Bien solo necesito tu estatura y habremos terminado por ahora con las medias...- La midió con calma -Vaya 1,85 eres muy alta Applejack.

-Gracias- La miró con calma y se colocó su sombrero -Gracias por recuperarlo, es demasiado importante para mí, representa demasiadas cosas que no sé que haría si lo perdiese.

-Debe ser como un amuleto de la suerte ¿verdad?- Se encaminó a su escritorio para comenzar a trabajar.

-Algo así, pero más que nada guarda demasiados recuerdos muy importantes... De mi familia- lo tomó con su mano y se lo quitó un momento observandolo.

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Por aquellos días Applejack a su edad de 12 años Applejack sabía como se administraba por completo aquella granja, su sueño era heredarla y hacerla grande, aún más grande de lo que ya era Apple Acres.

Sonrió al ver su trabajo del día terminado, le daba una enorme satisafcción ver un trabajo bien echo, además de que se sentía bien sabiendo que toda la comida que consumía estaba bien ganada por el sudor de su frente.

Su padre en aquel momento se acercó abrazándola por los hombro tratando de darle a entender que lo había echo muy bien, como el decía unas palmaditas en el hombro podían hacer maravillas por la moral de otra persona.

Entonces su padre estaba lleno de jovialidad, le encantaba estar en los campos de manzanas que a pesar de trabajar en ella desde pequeño, el adoraba las manzanas. Cualquiera diría que si trabajas mucho en algun lugar con cualquier tipo de comida por varios años terminarás cansandote de esta, pero, para el, no era así, el adoraba las manzanas con todo su corazón, las comía de tal forma que cualquiera pensaría que nunca en su vida había probado una, él disfrutaba su trabajo y adoraba su vida.