Capítulo 4: La Granja

249 29 5
                                    

Capítulo 4: La granja

Cuando la chica campirana dejó a la modista, está comenzó a instalarse en su cuarto, que quedaba de más decir que era bastante grande, había una cama matrimonial con una cobija de piel de algún felino, almohadas de seda, en las ventanas cortinas de lino y seda.
El piso de caoba y los muebles se entremezclaban de maderas finas como la de cedro y la de caoba y cortes de vidrio artesanal.

Francamente quien había decorado ese lugar tenía un gusto bastante sobrío y debía admitirlo, era algo rústico, lo aceptaba, pero no dejaba de ser hermoso con ese estilo Romance de techos alto con vigas pero a la vez acogedor a pesar de todo, tenía un pequeño  sillón que formaba parte de la ventana de tal forma que ante ella se extendían todos los manzanos de todas las especies, debía haber por lo menos unas 20 variedades en ese huerto tan enorme.

Sweet Apple Acres era por así decirlo, el huerto de manzanas más grande, pues no solo hablaban de manzana, tal así como fruto, si no que producían jugos, sidra, postres, panadería, esencias e incluso saborizantes, por lo cual la entrada de dinero era demasiado grande. Entonces a la modista le parecía de lo más raro que su padre le hubiese llegado al precio a los dueños pues era algo que producía dinero al por mayor, y que si lo pensaba bien tenía más antigüedad que la ciudad misma.

La chica se recostó un rato luego de terminar de acomodar sus cosas, no se dió cuenta ni siquiera cuando se hizo tan tarde, tanto que incluso su hermanita ya había comido, se había instalado y ahora leía un libro sentada en su cama.

La observó como se concentraba en las palabras de Romeo y Julieta de William Shakespeare, y pensar que ahora mismo Sweetie Belle leía el libro en su idioma original, su hermanita había avanzado demasiado bien con los idiomas cosa que no podía enorgullecerla más, su hermana a su corta edad era toda un políglota, hablaba cuatro idiomas ya; inglés, español, francés y portugués.

—Sweetie... -La llamó con dulzura.— ¿Está interesante el libro?.- Sonrió y se sentó a los pies de la cama donde la menor leía.

—Bastante.- Sonrió desviando un momento la atención del libro pero marcando la página donde se había quedado leyendo— Sabes... yo quisiera un amor como el de Romeo y Julieta pero sin la diferencia de tanta edad, Romeo estaba algo viejo para Julieta- Soltó una risita— Y claro sin la parte de morir ambos por un mal entendido de comunicaciones... Ninguno de los dos debió morir.

—Vaya, ni yo hubiese captado tantos detalles del libro en una sola lectura.- La miró— Eres muy buena lectora Sweetie

—Para nada, es solo que aquí si puedo concentrarme porque esta todo tan tranquilo.- Sonrió y con calma y se estiró para llegar hasta donde su hermana.

—Tienes razón... Yo me quedé profundamente dormida, tanto que ni siquiera sabía que hora era.- La abrazó— ¿Ya cenaste algo?

—Ya... La señora Smith me preparó un delicioso plato de ternera.- miró a su hermana—Deberías bajar y pedirle que te prepare algo, no debes quedarte sin comer hermana, eso t epuede hacer mucho daño y no quiero que te pongas mal mientras estemos aquí.

—Está bien mi pequeña.- Acarició su cabello—Iré a comer algo.- Se levantó de la cama la mayor y caminó hacía el comedor, era enorme y con unas ventanas que permitían ver el atardecer a través de ellas.

Se quedó varios minutos admirando el atardecer hasta que una voz bastante calmada reclamó su atención, mirando está a su lado logró ver en la puerta que ella suponía que llevaba a la cocina a una mujer de edad mayor que sonreía.

—Disculpeme, no la escuché, me perdí en mis pensamientos, ¿qué cosa me decía?.- La miró con calma.

—Qué tu debes ser Rarity, tu hermanita habló mucho de ti.- Sonrió— ¿Deseas algo para cenar?... Debes estar hambrienta.

Abrazando Al EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora