Hannah
Nuevamente como lo viene haciendo hace semanas, McKy volvió a irse temprano a Columbia, la universidad donde estudian los hermanos Bech y Trent. La verdad es que no me ha comentado nada sobre algún romance o acostón y la verdad me molesta, nosotras siempre nos contamos todo. Bueno, casi.
No he tocado con nadie lo que descubrí el lunes sobre Amy y Trent. Tanto el moreno como Ryan son mis mejores amigos y tener que ocultar un secreto así me desconcierta un poco. Ry jamás mostró celos por su hermana, pero no creo que se tome bien que sea su amigo quien posiblemente rompa el corazón de Amy.
Hoy no tenía nada importante en la universidad, últimamente son clases de compensación y como soy una genio no necesito eso. Bueno, en realidad me esforcé demasiado estudiando sin dormir, merezco este relajo mental. El reloj recién marca las 9:05 y sólo conozco una sola persona disponible para ayudarme en mi complejo plan.
Decido tomar el asunto a la ligera, vistiendo unos pantalones verdes con camuflaje, mis tacones de cinco centímetros con cordones, mi sudadera negra, pinto dos franjas negras en mis mejillas con delineador líquido, peino mi lacia cabellera y lista. A ponernos en marcha.
Corro hacia el piso de abajo hasta llegar al departamento 7-9, el apartamento de Elijah. Golpeo con fuerza al ser consciente que hoy es su día de descanso y le encanta dormir. Como ya conocemos su costumbre de los jueves, el castaño tiene escondida una llave detrás de de un trozo de madera en la esquina de la puerta; solo McKy y yo sabemos de la llave, por si necesita ser resucitado tras una noche loca, o simplemente no podemos levantarlo con los golpes de entrada.
Me adentro a su pocilga encendiendo la luz para ser consciente con lo que me atropellaré. No me sorprendo al verlo boca abajo sobre su sofá, semi desnudo, con una pizza pegada a su espalda y una extraña cosa morada pegada a su pie, este chico sí que me preocupa en ocasiones.
Una táctica que McKy y yo usamos cuando nuestro amigo tiene una noche loca, es lanzarle soda hasta ahogarlo, por alguna explicación rara de Elijah dice que no siente el agua helada al dormir, pero que sí lo hace cuando le lanzan algo gaseoso.
Abro su refrigerador encontrándome con infinidades de botellas de soda y cerveza, o como lo llama él, "refrigerador de soltero". Todos envidiamos la vida de Jones, es un sueño vivir solo; muchas veces le ofrecí para que se mude con McKaley ya que ellos son mejores amigos, pero la mantenida de McKy no quiere perder su comodidad conmigo.
Lanzo el gaseoso líquido por su cabeza, suelta un gruñido automático para empezar a parpadear con suma pereza. Ni quiero imaginar lo que estuvo haciendo anoche, o con qué.
— ¿Ya es viernes? —pregunta con voz ronca. Empieza a estirar músculos mientras se acomoda mejor en el mueble, intentando dar con sus cinco sentidos. Me examina con cuidado frunciendo el ceño—. Estaré aun ebrio, medio dormido pero soy lo suficientemente inteligente como para saber que faltan dos meses para halloween—. Comenta tras haber visto bien mi atuendo.
—Lo que tienes de inteligente, McKaley lo tiene de amable. Falta un mes para halloween, además estoy aquí por otro motivo importante—. Me cruzo de brazos sentándome en la mesa de centro.
— ¿Por qué me involucra a mí? Todavía debo estar durmiendo—. Se queja como niño chiquito. No tengo idea dónde están sus veintitrés años.
—Porque es una investigación importantísima sobre McKaley... y me cubrirás de los problemas legales—. Informo aunque lo último sin interés.
— ¿McKaley? Anoche estuvimos juntos y estaba bien, creo—. Duda un momento, seguramente no recuerda nada de anoche—. ¿Acaso las suripantas tienen problemas?
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Terraza del edificio 206.
Teen FictionSeis grandes amigos enfrentarán a la gran ciudad de New York tras sus pasos en una vida adulta. Ryan, Amy, Trent, Hannah, Elijah y McKaley vivirán experiencias nuevas que lo formarán como personas, contándolas todas las noches en la terraza del edi...