Capítulo 29

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Louis:
—Hola maldita zorra, ¿Cómo vas?— me envió por messenger.

¿Por qué ahora?

—¿De qué o qué?
—¡Ay!, Ya sabes. Ahora sólo te quedan 3 meses y yo no veo resultados.
—Estoy en eso. Eres un maldito rencoroso, ella no te hizo nada.
—¡Por favor!, Ya lo sabrás. Además, ¿Por qué la defiendes?, ¿Te gusta acaso?. Jajaja
—Eso no te incumbe. Solo te digo que no lo entiendo.— bloqueé mi celular para luego tomar una ducha y después acostarme a dormir.

Mi despertador sonó y yo me desperté, era temprano, como de costumbre.
Me lavé la cara, me peine y me puse un pantalón negro con una playera blanca con la palabra "Wasted" grabada y unos tenis igual negros.

—Louis— escuché a Betty decir antes de que me fuera.
—¿Si?— caminé un poco a la cocina.
—Tu papá me dijo que te preparara el desayuno. Te hice unos waffles y también preparé agua de piña.
—No como waffles y lo sabes— reí— te acepto el agua.
—Por favor, no me dejes con la comida así, además nunca desayunas.
—Esta bien, solo porque estoy feliz.

Me senté en la barra y ella comenzo a servirme, de verdad que si, hace mucho no desayunaba y está vez me daba tiempo de llegar temprano a mis clases así que ¿Por qué no?.

Maddison:
Para mí es un martirio el sueño que sacrifico por ir a la escuela.

Mi rutina era la misma de todos los días, duh, por eso se llama rutina, lo único que cambia es la ropa y el maquillaje que uso.

Está vez me fuí con una sudadera larga color gris de Justin Bieber, era lo suficientemente larga para cubrir mis nalgas y unos diez centímetros más.
Dejé mi cabello suelto con las ondas que ya tenía.
Me puse base, corrector, rimel me hice las cejas y me pinté los labios del color rojo más prostituta que tenía.

A veces me daba miedo salir a calle así vestida, más cuando voy sola, pero ahora sé que no corro ningún riesgo.

Cagué mi cuerpo, estoy más flaca que un esqueleto, estoy planisima, no veo curvas por ningún lugar, y lo peor es que apenas voy mejorando, no sé cómo me veía antes de aumentar estos cinco kilos.
Y por eso sé que no pasará nada, a ningún hombre debo atraerle.

Hice lo que siempre hago, caminar hacia la escuela.

Hice mis quince minutos de caminata hasta llegar.

Al parecer se me había hecho temprano ya que casi no había nadie.

Fuí a la cafetería y me compré un americano con todo, para combatir el sueño.

Esperando a que me dieran lo que pedí saqué mi celular.
Unas manos cubrieron mis ojos y al tacto creí que eran de Louis.
—¿Qué tal?— No lo eran. Me sentí nerviosa y no supe cómo actuar, pero no quería derrumbarme frente al él, él quería eso.
—Sueltame— dije tratando de quitarme sus manos de encima.
—¡Uy!, ¿desde cuándo te di permiso de que me hables así?. —Dijo soltandome.
—No tengo que pedir permiso y mucho menos a ti. Así que me voy, quédate con mi café.
—Alto, chiquita— me tomó del brazo y vaya que me dolió, me dolió tanto que regrese a mi lugar.— ¿Qué haces?, Te estás poniendo buena.
—No necesito que me lo digas ¿Si?.
—¿Te parece si repetimos lo de aquellos tiempos?.
—No, estoy enferma por tu culpa.
—¡Por favor!, tu sabes que lo de gorda era de broma.
—No, no lo sabía, eres uno de los más culpables, solo tú me has visto desnuda.
—Y vaya que no me arrepiento, no sabes cómo te estoy imaginando justo ahora. —Le solté una cachetada.
—Eres un imbécil y nunca dejaras de serlo, que tú y yo volvamos a tener sexo es solo una de tus alucinaciones. ¿Notaste que no lloré?, La Maddison que conociste ya no existe y más te vale que no vuelvas a hablarme en tu vida.
—¿Sabes?, de todo lo que dijiste solo escuché "Liam quiero que me cojas"— dijo haciendo una horrible imitación de mi voz.

Warriors [Louis Tomlinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora