Capitulo 30

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Maddison: 

Hice que él se apartara de mi al empujarlo un poco hacia atrás.

 —Eres un tonto, estamos en la escuela y ya debemos volver a clases.  —  rodó los ojos.
—Hoy estoy tan feliz que no me negaré a eso. Pero terminaremos esto, ¿eh?
—Como digas— me levanté del pasto.—vamos— le dí mi mano y lo ayudé a levantarse.
—Ni siquiera sé que clase sigue.
—Sigue inglés, creo.

El timbre que indica el cambio de clase aún no se escuchaba por lo tanto nos quedamos en las mesas de la cafetería hasta que lo tocaron.

Entramos a Inglés y nos sentamos uno al lado del otro.
Al poco tiempo no tardaron en hablarle a Louis, sus amigos.

—¡Louis, ven!. Tenemos que hablar.— gritó Zayn despreocupado, como si se olvidará de que ahí estaba el profesor.
—¿Qué quieren?, Estamos en clase.
—¿Desde cuándo la tomas en serio?.
—Solo díganme, ¿Qué pasa?.
—Créeme que no te gustaría que lo grité.— él inmediatamente se levantó y fue con ellos, que estaban unas tres bancas atrás de las nuestras.

Por mucho que me esforcé no logré escuchar nada de lo que hablaron, lo dijeron muy bajito.

Esos pocos minutos que Louis me dejó sola me sentí mal, como celosa, nunca me había sentido así, menos con sus amigos.

Él se sentó en su lugar como si nada y siguió con la clase. Sin decir nada.

Siempre me he preguntado, ¿Qué pasa dentro de su mente?, Todo es un enigma. A veces se la pasa horas callado y otras veces no para de hablar.

Louis:
No sé, pero al parecer esta semana es la de recordarme lo estúpido que soy.

Me odio, me odio, y odio mi forma de pensar, por lo menos la del pasado.

Simplemente siento que en cualquier momento voy a explotar y le diré que es una apuesta, que soy un tonto, que me encanta y que estoy muy enamorado de ella.

Pero sé que al decirle todo eso ella también explotaría, se pondría aún peor de lo que ya está.
Que más quisiera yo que no se enteré, pero tarde o temprano lo hará, la verdad siempre se sabe.
—¿Quieres ir a la plaza?, Hoy tengo la cena con mi futura madrastra.
—Si— dijo dudosa.
—¿Segura?.
—Si, pero volvemos temprano, me propuse no reprobar. Y llegando tengo que estudiar.
—No te preocupes y gracias, necesitaba a alguien que me dijera que ponerme.
—¡Tss!— sonrió.

Quería llevarla en mi moto hasta que se ella empezó a entrar en pánico.

—No, ni loca me subo ahí, nunca lo he hecho.
—Que marica eres.
—En serio Louis, además no traes otro casco.
—Bueno, si ese es el problema usa el mio, vamos a mi casa y tomo el otro.
—No me obligues.
—Por favor, no hagas una escena aquí. Te prometo que no va pasar nada.
—Esta bien, me arrepentiré profundamente de esto.

Saqué la motocicleta del estacionamiento, me subí y ella lo hizo también, tardó pero lo hizo, de verdad nunca se había subido a una. Traimos nuestras mochilas y fue algo incómodo pero las acomodamos.

—Tengo un montón de miedo.
—Solo tómame de la cintura.
—No pensaba en pedirte permiso.— Me apretó algo fuerte.

La encendí y sentí su tensión, me apretó un poco más.
La arranque, no era rápido a mi parecer, 90km/h.
A este paso me iba dejar sin oxígeno.
Llegamos a mi casa y solo pasé a la cochera ya que ahí estaba.
Dejamos en el piso las mochilas.
De haber sido por mí no hubiera regresado por el casco pero ella es tan dramática.

Está segunda vez no iba tan alterada, supongo que por mi casco.

—Fue increíble.— tomó mi mano y la puso en su pecho.— Siente lo rápido que va mi corazón— vaya que si.

Warriors [Louis Tomlinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora