Capitulo 31

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Maddison:
¡Uff, Johnny Depp se ve guapísimo de vampiro!, ¡Amo esta película!.

-¿Qué haces aquí?, Largo.- brinqué del susto. Emma entro llorando. Dejé la laptop en mi cama y me levanté, no sabía que pasaba.
-¿Qué tienes?, ¿Le hablo a mamá?.- Ella me vió y enfurecida a la vez fue contra mí.
-¿No escuchaste? Lárgate y pobre de ti sí le dices algo a mi mamá. - me empujó al piso, por suerte alcance a meter las manos, sino me hubiera roto el trasero otra vez. ¿Qué le pasa?, Está loca.

Salí como pude, en cuanto lo hice ella cerró la puerta con llave, sin dejarme tomar nada.

Bajé las escaleras y me encontré con la sorpresa de que no había nadie, por eso mi mamá no se dio cuenta.

Ya era tarde y no había comido nada desde hace tiempo, ya tengo mucha hambre, no dejaron nada preparado o por lo menos algo que me guste preparado.

Tomé 5 dólares del dinero de mi mamá, prácticamente mi mesada, y salí a mi cafetería favorita de toda la vida. No era lejos, estaba a unos 5 minutos de mi casa.

Al llegar me acerqué al mostrador y el joven me saludó.
-Buenas noches, ¿En qué puedo ayudarte?.
-Dame ¢60 de galletas de mantequilla, por favor, para llevar.
-Esta bien, ¿Algo para tomar?.
-Emm, si. Un chocolate caliente, lo más barato posible.- reí y él también lo hizo.
-Serian $3.70.- le pagué.- Sí gustas sentarte, en un momento te tenemos tu orden.
Hice caso y me senté.
En verdad no había casi nadie, se me hizo raro que me atendieran, están a punto de cerrar, ya son casi las 9.

-Aquí está tu orden señorita. - dijo el chico.
-Gracias. - le dejé un dólar de propina y él igual agradeció.

Al salir el viento se fue contra mi pelo haciendo que lo lamiera, ew.
Estaba haciendo tanto frío para apenas ser octubre.
Con una mano sostenía la bolsa de papel con las galletas y con la otra el vaso de unicel.

No quiero llegar y tener que rogarle a mi hermana que me deje pasar, quiero hacer tiempo.
Ni siquiera traigo mi celular y me da miedo estar sola.
Caminé en sentido contrario, con la intención de rodear la manzana y luego irme, así lo hice hasta terminarme las 10 galletas y los casi 500 ml. de chocolate.
Caminar por aquí no me gusta nada, es peor que dónde vivo y me trae muy malos recuerdos.

Emma:
No puedo olvidar la cara de la entrenadora al echarme del equipo.
No es justo, no es mi culpa.
¿Cómo le diré a mi mamá?, ¿Ella qué pensará?. ¡Mierda!, ¡Mierda!, ¡Mierda!, ¿Por qué me pasa esto a mi?, ¿Qué hago?. Tengo que decirles antes de que la directora llame y les diga, se me caerá la cara de vergüenza. ¿Qué hago?.

Timbró mi celular y era la persona menos indicada en este momento.

-¿Qué quieres?-le respondí enojada mientras lloraba
-Disculpame, no sabía que estabas de malas, ¿Qué tienes?
-¿Qué qué tengo dices?, ¿Cómo es que tienes los pantalones para preguntarlo?
-De verdad, no tengo idea de lo que hablas, las mujeres son tan, pero tan complicadas...- lo interrumpí.
-Me pegaste tus mierdas, tengo sífilis, ¿Qué tienes que decir al respecto?
-¿Estás segura de que fuí yo?
-¿Estás dudando de mi?
-Si, con lo rápido y fácil que fue acostarme contigo a la semana de ser novios, creo así eres.
-¡Ay, te odio maldito!, Arruinaste mi vida. ¿Sabes que me sacaron del equipo verdad?
-No, pero tú te lo buscaste, ¿Crees que por qué yo soy el novio oficial me voy a tragar el cuento de qué solo has tenido sexo conmigo?, Pues si es así yo no lo creo.
-¡Es todo, terminamos!
-¿Quién quisiera estar con una puta?, Yo te termino.
-¡Te odio, me las pagarás!, ¡Juro por mi vida que me las pagarás, Ian!
-Si, si me disculpas- Colgó.

Warriors [Louis Tomlinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora