Cambio en la rutina

45 4 1
                                    

Estábamos tomando apuntes cuando a lo lejos empezamos a escuchar unos sonidos muy extraños. No les dimos importancia.

En unos cuantos momentos éstos ruidos se acercaron y logramos distinguir algo parecido a una pistola láser de alguna película de ciencia ficción. Pensamos que era alguna broma barata y no le prestamos atención, hasta que una luz de color azulado, muy parecida a un rayo perforó la puerta de mi salón desatando un miedo terrible, una sensación de pánico nunca antes sentida por ninguno de los presentes.

Nos alarmó bastante el estruendo, pero más miedo nos dio que los hombres que portaban las temibles armas no intentaban dañarnos con ellas. Lo que nos deparaba un destino aún peor que la muerte.

Yo le temo mucho a la muerte. El simple hecho de su mención me mantiene despierta por las noches. Pero creo que la muerte en éste caso no hubiera sido un castigo, sino más bien una bendición. Matarnos a todos hubiera sido una muestra de que aquellos hombres tenían, aunque fuera muy poquita, compasión. Y humanidad. En cambio, no mostraron ninguna de las dos.

Entre el caos, los gritos y el miedo, entró otro hombre portando una mochila con una manguera. Parecía un lanzallamas. Desearía que hubiera sido un lanzallamas. Pero en lugar de salir fuego de éste artefacto, salió un extraño gas con un peculiar olor. Después de eso no recuerdo nada.

Soy un monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora