Reencuentro.

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>Iwaizumi × Oikawa

“Hoy no es un día triste... Piensa que así tendremos más emoción cuando nos veamos.”

[...]

Oikawa Tooru era un alegre y jovial chico de dieciocho años amante del voleibol y popular entre las chicas.

Iwaizumi Hajime era un serio chico jugador de voley y admirado por los chicos por su fuerza física.

Y, por mucho que a la gente le costara creerlo, ambos eran mejores amigos y compañeros tanto de equipo como de clase desde que tenían uso de razón. No podían vivir el uno sin el otro, sólo que ellos estaban tan acostumbrados a estar siempre juntos que nunca se habían dado cuenta.

Nunca, hasta que sus caminos se separaron.

Ninguno era consciente de que esa cercanía algún día acabaría desapareciendo. Ni eran conscientes, ni querían serlo.

Pero cuando llegó el momento, ninguno de los dos estaba preparado.

Sin embargo, esas cosas son inevitables en la vida. Siempre acabamos separándonos de alguien que nos importa por circunstancias de la vida.

Promete... Qué no me olvidarás, ¿sí?

Iwaizumi no podía dejar de pensar en aquellas palabras de su amigo. ¿Cómo podía creer que le olvidaría? Era absurdo. Porque aunque quisiese, aunque se esforzase su recuerdo seguiría ahí.

Hubo un tiempo en el que aún podían comunicarse vía llamadas telefónicas durante horas. Hasta que uno de ellos se cambió de número y el otro apenas usaba su móvil de tan ocupado que estaba. Se les hacía duro, pero no les quedaba otro.

Ni se te ocurra olvidarme, Shittykawa.

-Jamás.

No cambies nunca. Y no hagas nada estúpido, idiota.

-Te lo prometo.

El oír su voz resonando en su cabeza hacía que su corazón se encogiese. Se mordió el labio tembloroso con fuerza y cerró sus ojos. Le costaba contener el llanto, aún ser una persona que apenas lloraba. Se pasó una mano por el pelo y trató de no pensar más. Pero no podía evitarlo. Lo echaba de menos y demasiado.

Despedirse de una persona a la que tanto debes y tanto quieres no es fácil. Por no decir, que es imposible. Y para alguien como esos dos, que a pesar de todo estaban unidos...

¿Cómo iban a hacerlo?

Oikawa no lloró aquél día. Por raro que suene, estaba demasiado deprimido para hacerlo. Hay veces, que al estar tan destrozado, eres incapaz si quiera de llorar. Iwaizumi no podía permitirse el lujo de romper en llanto delante de su mejor amigo, quien siempre le mostraba una sonrisa.

Hoy no es un día triste... Piensa que así tendremos más emoción cuando nos veamos.

Hajime no sabía si su mejor amigo era idiota o simplemente era positivo. Pero no negó lo que dijo, simplemente no respondió.

No quería arruinar esa sonrisa. La última sonrisa de Oikawa que vería.

[...]

Y así pasaron los meses hasta que ambos cumplieron 22 años. Ambos habían tenido éxito en los estudios y en el voley, especialmente Oikawa. El equipo nacional lo había llamado para unirlo a su equipo, a lo que él aún no había respondido.

Jamás había estado en un equipo sin Iwa-chan.

Salió a la calle con la mirada baja y una expresión seria muy impropia de él. Llevaba sus manos en los bolsillos y una bufanda que le cubría media cara. Necesitaba reflexionar sobre qué responder. Por un lado, aún amaba el voleibol como solía hacerlo hace cuatro años. Por otro, no estaba quien siempre estaba allí.

One-shoots. | Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora